El sector de la alimentación en la crisis del coronavirus
Durante los días previos a la declaración del estado de alerta por la epidemia del COVID-19, se pudo presenciar algunos episodios de rotura de stock en establecimientos de diversas cadenas de supermercados.
Esto no era debido al desabastecimiento sino al repunte de la demanda, ocasionado por la alarma social.
Con el fin de aportar perspectiva, este artículo analiza la situación del sector de la alimentación y su capacidad para hacer frente a las necesidades propias de esta crisis.
Los supermercados son solo la punta del iceberg
En primer lugar, es necesario recordar que el abastecimiento de alimentos no solo depende de las cadenas de supermercados, sino de toda una cadena de suministro, en la que están involucrados un gran número de actores de múltiples sectores.
Para valorar la situación apropiadamente, hay que dar visibilidad a otros sectores fundamentales, como el productivo, el transporte, la logística y el resto de empresas auxiliares.
Sector productivo
En primer lugar, cabe destacar que las reclamaciones del sector productivo han quedado en suspenso durante esta crisis.
Antes de que se decretase el estado de alarma, y el consiguiente confinamiento de la población, las principales organizaciones profesionales agrarias (Asaja, Coag y Upa), habían suspendido las movilizaciones, en un ejercicio de solidaridad y compromiso social.
Además, durante las últimas semanas, los representantes de las asociaciones de productores y comerciantes de alimentos han manifestado su voluntad de garantizar el abastecimiento y la seguridad alimentaria de la población.
La Federación de Asociaciones de Detallistas de la pesca (Fedepesca), así como los comerciantes europeos de frutas y hortalizas (Freshfel) se han comprometido a incrementar sus esfuerzos para garantizar el acceso a alimentos.
La industria del huevo, los fabricantes de masas congeladas de pan y la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (Interporc) se han expresado de la misma manera, con el fin de tranquilizar a la población.
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Cadenas de supermercados
De acuerdo con las cifras de la Asociación de Empresas y Supermercados (Aedas) y la Asociación Nacional Grandes de Empresas de Distribución (Anged), el sector dispone de alrededor de 400 plataformas logísticas, distribuidas por toda la geografía española.
Esto permite abastecer a la red de establecimientos de alimentación, compuesta por más de 24.300 supermercados e hipermercados; así como 30.000 tiendas de comercio tradicional.
Limitaciones en el servicio online
El canal online, por su parte, está afrontando su propio desafío logístico. El volumen de compras online se ha disparado durante estas semanas de confinamiento.
De hecho, según la firma Nielsen, tan sólo durante la primera semana de marzo, las compras online se incrementaron en un 39%.
Como consecuencia de este repunte en la demanda, la mayor parte de las cadenas de distribución han experimentado dificultades, debido a que su infraestructura aún no estaba suficientemente dimensionada.
Algunos supermercados han optado por incrementar la capacidad de venta online. Sin embargo, otros han tenido que restringir o incluso cerrar el servicio, a excepción de algunas regiones.
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Prioridad de los colectivos más vulnerables
Una de las medidas complementarias que las cadenas de alimentación han implementado en su canal online es dar prioridad a las compras efectuadas por la población de mayor edad, mujeres embarazadas, personas con movilidad reducida, personas discapacitadas y personas en cuarentena.
El objetivo es prevenir la posible escasez de abastecimiento en sus hogares.
No obstante, los largos plazos de entrega -que se prolongan hasta 10 días, en determinadas zonas de Madrid- suponen una dificultad añadida.
Transporte y logística
De acuerdo con la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer), el 85% de las mercancías se transportan por carretera.
Afortunadamente, las medidas adoptadas por el Gobierno no suponen limitaciones para este tipo de transporte.
Este sector ha tenido que incrementar su actividad de forma intensiva, debido al incremento de la demanda por parte de los supermercados e hipermercados.
Además, el Gobierno ha adoptado medidas de flexibilización en los tiempos de descanso. De forma temporal, se permite la superación del límite de 10 horas diarias y del descanso semanal obligatorio.
Alimentación de proximidad
Por su parte, los mercados de proximidad y puestos locales se encuentran en cierta situación de vulnerabilidad.
Evidentemente, los ciudadanos tratan de pasar la menor cantidad de tiempo en la calle, y optan por realizar las compras en las grandes superficies, con el fin de agilizar el proceso.
Además, la prohibición de vender alimentos en el exterior también ha obligado a cerrar numerosos establecimientos.
Industria auxiliar
Finalmente, el sector de los envases, el embalaje y el etiquetado es un proveedor estratégico de la industria alimentaria. Su correcto funcionamiento es clave para garantizar la distribución y el suministro de productos esenciales.
A lo largo de esta crisis, su principal reclamación se ha centrado en que el tránsito aduanero se mantenga de la forma más fluida posible, para evitar interrumpir la cadena de suministro y recibir las materias primas necesarias.