De acuerdo con el “VII Mapa de emprendimiento”, publicado por South Summit, el 63% de los emprendedores españoles ha creado un nuevo negocio durante la crisis de la COVID-19.
Es decir, se trata de profesionales que ya contaban con una trayectoria emprendedora previa, y han decidido volver a lanzar un proyecto al mercado.
el 96% de los emprendedores estima que la crisis provocada por el coronavirus ofrece nuevas oportunidades de negocio. Así lo indica el informe “Situación del emprendimiento en España ante la crisis de la COVID-19”, elaborado por el Observatorio de Emprendimiento en España, también conocido como la Red GEM.
Este informe extrajo sus conclusiones tras los primeros 50 días del estado de alarma, y el análisis de 4.300 negocios de múltiples sectores, tamaño y consolidación.
Tras este primer periodo, solo el 4% de los emprendedores habían renunciado a sus planes, un 35% los había paralizado temporalmente, y un 45% tenía previsto modificar el modelo de negocio.
En conclusión, el emprendedor español está demostrando una considerable resiliencia.
¿Es esta la única característica que lo define?
Comprobémoslo.
¿Cómo es el perfil del emprendedor en España?
De acuerdo con el citado “VII Mapa de emprendimiento”, la crisis de la COVID-19 ha impulsado a muchos perfiles profesionales a buscar una reconversión, mediante el emprendimiento.
Sin embargo, eso no significa que se hayan visto obligados a hacerlo.
Emprender por pasión, no por necesidad
Sorprendentemente, solo el 1% de los emprendedores españoles se encontraba en situación de desempleo antes de lanzar su proyecto.
Concretamente, el 50% contaba con un trabajo por cuenta ajena y el 7% trabajaba de forma autónoma.
Es decir, la voluntad emprendedora no parece responder a una necesidad de trabajo, sino a su pasión por una idea o sector y la voluntad por crear un negocio propio. De hecho, solo el 30% vincula su iniciativa a haber identificado una oportunidad específica de negocio en el mercado.
Las startups son fuente de emprendimiento
Las propias startups están convirtiéndose, poco a poco, en incentivadoras del emprendimiento.
El citado informe señala que el 5% de los emprendedores ha trabajado previamente en una startup.
Emprendedor en serie
Por otro lado, uno de los aspectos más destacables es el hecho de que el 30% de los emprendedores ya habían fundado una startup previamente.
Es más, el 18% de los mismos ya ha logrado vender un proyecto anterior, antes de lanzar al mercado su nuevo negocio.
En definitiva, estamos frente a un perfil de emprendedor en serie que, además, aprende de sus experiencias previas.
No en vano, la tasa de fracaso se reduce:
- al 56%, tras emprender por segunda vez.
- al 12%, después de tres proyectos.
- al 8%, cuando se atesoran cuatro o más startups a las espaldas.
Margen de mejora para la mujer emprendedora
El liderazgo de la mujer en los proyectos de emprendimiento se ha mantenido estable durante los últimos seis años.
Desde 2014, las startups creadas por mujeres se sitúan en el 18%. No obstante, su protagonismo sí se ha visto incrementado en los equipos fundadores, donde ya representan el 41%.
Sectores con mayor nivel de emprendimiento
A lo largo de 2020, los sectores con mayor nivel de nuevas iniciativas están siendo las finanzas, la salud y la educación. Sin duda, la crisis sanitaria ha impulsado la demanda en los dos últimos ámbitos.
Como contrapartida, el citado informe de Red GEM, ha puesto de manifiesto que otros tantos sectores también han visto castigar el emprendimiento.
Tal es el caso del 66% de los proyectos ligados a servicios al consumidor final, así como el 57% de los negocios del sector servicios.
En ambos casos, se ha tenido que afrontar la paralización temporal del negocio, la caída abrupta de la demanda y la reducción del personal.
Demandas del mercado para hacer frente a la crisis
Las demandas formuladas por los emprendedores están centradas en la superación de las trabas estructurales del sistema español.
- Por un lado, el 75% de los encuestados reclama medidas de apoyo para poder crear sus nuevos negocios, y reducir así los niveles de riesgo.
- Por otro lado, las trabas burocráticas constituyen un importante lastre que desalienta a muchos emprendedores.
- Finalmente, y no menos importante, es mejorar el acceso a la financiación, cuya arquitectura ya ha dado pasos en positivo durante los últimos años.