De acuerdo con las cifras del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, España es el tercer productor mundial de vino. Además, ocupa el primer puesto en el ranking de exportaciones por volumen, con un total de 23,6 millones de hectolitros vendidos en 2021. En este sentido, el crecimiento de las ventas de vino español es muy superior al de sus principales competidores. El pasado ejercicio, Italia exportó 21,8 millones de hectolitros y Francia apenas llegó a los 14,6 millones.
Más concretamente, el granel (recipientes de más de diez litros) fue el principal protagonista de la pasada temporada, con un incremento del 25% respecto al periodo anterior. Sin embargo, aún hay importantes áreas de mejora en términos de competitividad.
El círculo vicioso de la venta a granel
El vino español acapara el 36% de todo el granel exportado a nivel mundial. Asimismo, representa el 56,40% del volumen total de ventas.
Sin embargo, su precio medio de venta es de apenas 37 céntimos por litro, lo cual está muy por debajo del de los principales competidores internacionales. Australia, por ejemplo, vende a 89 céntimos el litro, e Italia lo hace a 71 céntimos el litro.
En definitiva, España hace una venta intensiva de granel que, además, está posicionando en el segmento más económico del mercado. Semejante volumen de ventas provoca que el vino español sea percibido como un producto barato, de menor valor.
Se trata de un círculo vicioso. Las ventas a granel representan un enorme porcentaje del volumen de vino exportado, pero solo un 16,40% de la facturación total. A su vez, perjudican la imagen proyectada y, con ella, las posibilidades de incrementar el valor de las ventas.
Concentración de la venta a granel
Por otra parte, el destino de estas ventas está concentrado en un reducido número de mercados. Según los datos del Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), los principales importadores de vino español son Francia, Alemania, Italia y Portugal.
La preocupación del sector es la dependencia de estos mercados, cuya demanda puede variar en función de su propia disponibilidad de vino y las ventas logradas en el exterior.
El resto de los compradores de nuestro vino se distribuyen en varios continentes, incluyendo Reino Unido, Estados Unidos, China, Japón y México.
Reciente mejora de la facturación del vino español
Evidentemente, el mayor desafío del sector vinícola en los mercados exteriores es lograr mejorar la percepción de valor y que esto se traduzca en la facturación total.
Afortunadamente, la exportación de vinos envasados (recipientes de menos de dos litros) protagonizó un incremento de más del 6% durante el ejercicio 2021. Esto le permitió superar los 936 millones de litros exportados y acumular el 43,6% del volumen de vino vendido en el exterior. Concretamente, las ventas en el exterior alcanzaron los 2.891 millones de euros. En gran parte, gracias al aumento del 5% en el precio medio de venta, situado en 2,38 euros por litro.
Aunque esta facturación supuso un incremento de más del 11% respecto al año anterior, aún está muy por debajo de los 10.819 millones de euros de Francia y los 7.001 millones de euros de Italia. Para comprender el margen de mejora, basta con comprobar el precio de venta de 6,56 euros por litro de los vinos franceses o el precio de 3,82 euros por litro de los vinos italianos.
Estrategia para mejorar la cuota de mercado del vino español
Desde el año 2013, España ha perdido cuota del mercado exterior en favor de países como Francia e Italia. Recientemente, la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) ha elaborado una estrategia cuyo objetivo es relanzar la cuota internacional desde el 8,3% actual hasta el 10,2%.
Para ello, se espera aumentar el valor de las exportaciones hasta lograr un aumento de 1.200 millones de euros. De esta manera, se alcanzaría una facturación anual de 4.300 millones de euros.
Finalmente, cabe destacar que el nuevo Plan Estratégico de la nueva Política Agraria Común (PAC) incluirá, a partir de 2024, una Intervención Sectorial Vitivinícola. Esta será dotada con más de 202 millones de euros anuales y destinará un 5% de gasto obligatorio para la protección del medio ambiente.
De acuerdo con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, esta medida debería contribuir a mejorar la competitividad de las explotaciones.
