El pasado 9 de noviembre, la Comisión Europea propuso la prohibición de la exportación de residuos generados en los países de la Unión Europea. Excepto los países terceros importadores cumplan una serie de condiciones. Esta propuesta tiene el propósito de actualizar la normativa vigente de tratamiento de residuos, aprobada en 2006.
Ahora es el turno del Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea, organismos que deberán decidir la aprobación de la modificación normativa.
Nuevas medidas de control en la exportación de residuos
La propuesta de la Comisión Europea establece un conjunto de condiciones para los países importadores. Y se hace en función de su pertenencia a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
- En el caso de los países que forman OCDE, la exportación podrá prohibirse si se acredita que la misma pone en riesgo el medioambiente o la salud pública.
- En lo referente a los países fuera de la OCDE, solo se permitirá la exportación cuando el país importador lo acepte expresamente, y demuestre su capacidad de reciclado.
Evidentemente, la supervisión de estas condiciones implica que los países importadores proporcionen información detallada acerca de su infraestructura para el tratamiento de residuos.
Por otro lado, también se han propuesto nuevas medidas de control para los países exportadores de la Unión Europea:
- Para empezar, las empresas de transporte deberán someterse a una auditoría independiente, que examine el tratamiento de los residuos en los países terceros.
- Además, también se prevé endurecer las condiciones de incineración de los desechos, la digitalización del proceso de envío y la armonización de las normativas nacionales de transporte de residuos.
Cifras de exportación de residuos y el desafío del comercio ilegal
Desde la aprobación en 2006, de la actual normativa europea de tratamiento de residuos, el volumen anual de exportación de basura se ha incrementado sustancialmente. En 2020, la Unión Europea exportó 33 millones de toneladas, importó otros 16 millones, y transportó un total de 70 millones, dentro del territorio comunitario.
Además del incremento de exportaciones a los países fuera de la OCDE, preocupa el auge del comercio ilegal. De acuerdo con las cifras de la Comisión Europea, se estima que este último ya supone entre el 15% y el 30% del transporte de residuos.
Antecedentes: Prohibición de la exportación de residuos tóxicos o no reciclables
Conviene recordar que la Comisión Europea ya aprobó el año pasado una nueva normativa para la exportación, importación y transporte intracomunitario de residuos plásticos. También de residuos peligrosos y no peligrosos que resultan difíciles de reciclar. Esta nueva normativa se engloba dentro del cumplimiento del Convenio de Basilea.
Este tratado internacional aprobado en 1989 fue modificado por una enmienda que entró en vigor en 2021. Tiene el objetivo de erradicar los movimientos transfronterizos de desechos no reutilizables o directamente peligrosos.
La nueva norma europea entró en vigor el 1 de enero de 2021, y prohibió el traslado de este tipo de desechos a los países no pertenecientes a la OCDE.
En lo que se refiere a los países dentro de la OCDE, esta normativa estableció un procedimiento de notificación previa y consentimiento. Implica la aprobación tanto por parte del país exportador como la del importador.
Quedaban fuera los residuos plásticos limpios que son exportados con fines de reciclado. Como hemos explicado al comienzo, la Comisión Europea quiere ahora endurecer la regulación de estos últimos.
Perspectivas de futuro
De acuerdo con un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), este tipo de restricciones van a contribuir a la reducción de la exportación de residuos.
Ahora bien, dicha reducción está supeditada a otros factores. Un ejemplo es la reciente prohibición de las importaciones de desechos plásticos en China. Otro es la adopción de políticas públicas nacionales y europeas que promuevan el desuso de productos como el plástico.
Según el mismo informe, existe un riesgo de aumento de la incineración y el vertido de residuos plásticos en Europa. Para evitarlo, es imprescindible impulsar medidas en favor de la economía circular.
La Comisión Europea, por su parte, estima que la industria europea es capaz de absorber un mayor tratamiento de metales ferrosos y no ferrosos, así como de los desechos de papel. Estos suponen el grueso de las exportaciones de desecho a terceros países. Aún así reconoce que otros residuos, como los provenientes de la industria textil, tienen aún un importante margen de mejora para lograr su sostenibilidad.