Las inversiones pueden ser una excelente manera de impulsar el crecimiento y la rentabilidad de tu negocio, pero también conllevan el riesgo de pérdidas financieras si no se realizan de manera adecuada. Por ello, es fundamental realizar un análisis de inversión antes de tomar cualquier decisión.
¿Qué es el análisis de inversión?
Este proceso implica evaluar la viabilidad, el potencial de retorno y el nivel de riesgo de una inversión empresarial para tomar decisiones informadas.
El análisis de inversión puede ser una tarea compleja que requiere evaluar múltiples factores, como los objetivos de la inversión, los plazos, el importe económico invertido y las posibles fuentes de financiación.
Sin embargo, es un proceso crítico para cualquier empresa que desee maximizar el potencial de retorno y, al mismo tiempo, minimizar el riesgo de pérdidas financieras. En los próximos apartados te enseñaremos los pasos esenciales para realizar un análisis de inversiones eficaz.
Paso 1: Identificar los objetivos en función del tipo de inversión
De forma preliminar, es imprescindible determinar el propósito de la inversión y cuál es el resultado esperado. Para ello, se debe tener en cuenta el tipo de inversión que se va a llevar a cabo:
- Las inversiones estratégicas son las alineadas con los objetivos generales de la empresa y su estrategia a medio y largo plazo. Por norma general, persiguen aumentar la presencia de la compañía en el mercado. Por ejemplo, mediante fusiones, adquisiciones y joint ventures.
- Las inversiones de crecimiento tienen como objetivo aumentar los niveles de ventas a través de la producción de nuevos productos o servicios o la apertura de nuevos canales de venta.
- Las inversiones de re-emplazamiento se basan en adquirir nueva maquinaria de producción, así como otro tipo de tecnología que permita aumentar la eficiencia de los procesos y reducir los costes.
- Las inversiones de mantenimiento se realizan para sustituir bienes de equipo obsoletos y asegurar la continuidad de la producción.
- Las inversiones impuestas responden al dictamen de las nuevas normativas aprobadas en los mercados, donde la empresa desempeña su actividad.
Es importante identificar los objetivos de la inversión para poder realizar un análisis adecuado y determinar si es viable y rentable para la compañía. Dichos objetivos deben ser claros y medibles. De lo contrario, no se podrá determinar si la inversión ha sido un éxito o no.
Paso 2: Análisis financiero
Existen varios métodos para llevar a cabo el análisis financiero de la inversión. Estos se pueden clasificar en dos grandes grupos: los métodos estáticos y los métodos dinámicos. Veamos cada uno de ellos con más detenimiento.
Métodos estáticos
Dentro de los métodos estáticos encontramos el método de flujo neto de caja, el método de período o plazo de recuperación y el método de tasa de rendimiento contable. El problema que presentan es que no utilizan el tiempo como una variable, lo que puede limitar su precisión a la hora de valorar la rentabilidad y el riesgo de una inversión.
- El método de flujo de caja suma los cobros y resta los pagos que se producen en el proyecto de inversión.
- El de plazo de recuperación se enfoca en calcular el número de años que tardará la empresa en recuperar la inversión realizada. Este método busca aquellos proyectos que permiten obtener beneficios en el menor plazo posible.
- El método de tasa de rendimiento contable calcula el rendimiento porcentual esperado de la inversión en relación con el costo de la misma. Su fórmula divide el ingreso promedio de un activo entre la inversión inicial, para así obtener el rendimiento que se puede esperar durante la vida útil del proyecto. Sin embargo, no tienen en cuenta la inflación ni los flujos de efectivo.
Métodos dinámicos
Por otro lado, los métodos dinámicos son más completos y precisos. Entre ellos se encuentran el método payback dinámico, el Valor Actual Neto (VAN) y la Tasa de Rentabilidad Interna (TIR). La principal ventaja de estos métodos es que miden diferentes aspectos para valorar la rentabilidad y los riesgos, por lo que se pueden complementar entre sí. De hecho, se recomienda utilizar los tres para tener una visión más completa y precisa del análisis de la inversión.
- El payback dinámico es similar al método de plazo de recuperación. La diferencia es que mide el número de años que necesita una inversión hasta que el valor actualizado de los flujos netos de caja llegue a ser igual al capital invertido.
- El Valor Actual Neto (VAN) es uno de los métodos más utilizados para analizar la rentabilidad de las inversiones. El cálculo se realiza sumando los valores actualizados de todos los flujos netos de caja esperados del proyecto de inversión y deduciendo el capital inicial invertido.
- Finalmente, la Tasa Interna de Rentabilidad (TIR) indica la tasa a la que la empresa podrá recuperar la inversión inicial. Es decir, cuanto mayor sea la Tasa Interna de Rentabilidad, más rentable será el proyecto analizado.
Lecturas recomendadas:
Paso 3: Análisis de riesgo
Llegado este momento, es necesario evaluar los riesgos asociados a la inversión y determinar la probabilidad de que los resultados esperados no se cumplan. Existen diferentes tipos de riesgos, como el riesgo financiero, el riesgo operativo, o el riesgo de mercado, entre otros.
El análisis de riesgo también implica la identificación de posibles escenarios negativos y la estimación de su probabilidad de ocurrencia. Evidentemente, no es posible eliminar completamente el riesgo en una inversión. Sin embargo, se puede reducir y controlar mediante la implementación de estrategias adecuadas para aumentar las posibilidades de éxito en la inversión.
Lecturas recomendadas:
Una vez realizados análisis financieros y de riesgo, es momento de tomar una decisión de inversión. Para ello, se debe tener en cuenta el objetivo de la inversión, la rentabilidad esperada, el riesgo asociado, así como el presupuesto disponible. Además, también es importante considerar la situación económica actual y las tendencias del mercado, ya que pueden afectar a todas estas variables.
Finalmente, conviene señalar que no siempre la inversión con mayor rentabilidad es la mejor opción, puesto que puede estar asociada a un mayor nivel de riesgo. En su lugar, es recomendable encontrar un equilibrio. No obstante, la decisión final dependerá de la agresividad y tolerancia al riesgo por parte del equipo directivo.