A mediados de octubre, la nueva directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Gueorguieva advirtió acerca de la ralentización del crecimiento económico global.
Las guerras comerciales, su posible contagio a toda la economía, el incremento del riesgo de las inversiones(motivado por el interés negativo del dinero), así como el retroceso experimentado por los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) son algunos de los factores señalados, que invitan a adoptar una actitud cautelosa.
Recientemente, Euler Hermes, uno de nuestros accionistas, patrocinó una extensa masterclass, en la que se abordó este previsible escenario de recesión.
En este artículo, vamos a explicar estas medidas prácticas, para que cualquier empresa pueda llevarlas a cabo, con el fin de prepararse para superar este posible periodo de retroceso económico, con un mejor posicionamiento en el mercado.
Recesión como punto de partida
Muchas empresas sólo comienzan a adoptar medidas correctivas cuando el deterioro del mercado se ha hecho patente en su cartera de clientes, y la caída de las ventas es una realidad consolidada.
Es entonces cuando la política comercial crediticia se vuelve más conservadora, debido a un creciente miedo al impago por parte de los clientes.
La incertidumbre no solo afecta a los nuevos prospectos; también se manifiesta en la cartera de clientes actuales, quienes comienzan a solicitar un mayor crédito, o incluso alcanzan los límites previamente establecidos.
Evidentemente, cuanto mayor sea la restricción, más estrés se genera sobre la cuenta de resultados y el flujo de caja del negocio. Así que resulta necesario adoptar una estrategia, que permita seguir vendiendo y, al mismo tiempo, mantener el riesgo bajo control.
Análisis del riesgo de la cartera de clientes
El primer paso es llevar a cabo un análisis del riesgo de impago de los créditos de la cartera de clientes.
Dicho análisis permite identificar:
- Qué clientes ofrecen una mayor solvencia y, por tanto, pueden beneficiarse de un mayor crédito.
- Qué clientes implican un excesivo riesgo, teniendo en cuenta el crédito que les ha sido concedido.
Durante un periodo de recesión, es difícil evaluar a los clientes, debido al deterioro financiero que pueden haber experimentado. Sin embargo, gracias a un servicio como el que ofrece el seguro de crédito, este proceso resulta fiable y objetivo.
Endurecimiento de la financiación bancaria
Otra de las consecuencias habituales de la recesión económica, es el endurecimiento de las condiciones de financiación bancaria.
De hecho, muchas entidades reducen el importe de las líneas de crédito de sus clientes, o incluso las cancelan.
Con el fin de mantener su actividad, las empresas se apalancan en sus proveedores, solicitando una ampliación de sus plazos de pago o el volumen de sus créditos.
Aseguramiento de créditos por cobrar
Mediante la contratación de una póliza de seguro de crédito, las compañías pueden proteger su cuenta de resultados y, al mismo tiempo, continuar trabajando con sus clientes habituales.
De no haber contado con la protección de su seguro de crédito, habría tenido que renunciar a parte de sus clientes, para evitar experimentar dificultades con su propia entidad bancaria.
En su lugar, disfrutó de una posición privilegiada, al poder trabajar en un entorno de incremento del riesgo, sin un empeoramiento de sus condiciones de financiación.
Posibilidades del seguro de crédito
El seguro de crédito no solo actúa como mecanismo de protección, sino también como recurso para incrementar la competitividad de una empresa en un periodo de recesión.
Este es el momento de anticiparte, y tener un diálogo abierto con todas las partes implicadas. Hay que evaluar el impacto del crédito en la estrategia de ventas, así como establecer una planificación que permita proteger los créditos concedidos a vuestros clientes, conservar una cartera de máxima solvencia y aprovechar aquellas oportunidades que representen un menor riesgo.