El estado de alarma y las consiguientes medidas de confinamiento han dejado a muchas pequeñas empresas en una situación de vulnerabilidad, que requiere la adopción de medidas preventivas.
En este artículo, te proponemos una serie de consejos para enfocar la gestión financiera durante las próximas semanas, con el fin de reducir el riesgo y garantizar la continuidad del negocio, una vez haya terminado la crisis sanitaria.
Ajuste de los costes
En primer lugar, se ha de evaluar el uso que se hace de la tesorería y los recursos financieros del negocio.
En el caso de que los ingresos se hayan visto mermados como consecuencia de la paralización de parte de la actividad económica, o bien se prevea que dicha reducción tenga lugar en el corto plazo, es recomendable reducir los costes.
Para ello, se ha de analizar la estructura de los mismos, y diferenciar entre aquellos que resultan esenciales para la continuidad del negocio, y aquellos que resulten prescindibles, al menos, de forma temporal.
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Control del flujo de caja
El flujo de caja es el factor esencial para la supervivencia del negocio en el corto plazo.
Dadas las circunstancias, puede ser necesario flexibilizar las condiciones de cobros y pagos.
Renegociación de los créditos por cobrar
En primer lugar, se ha de extremar la vigilancia para asegurar que los cobros estén teniendo lugar en plazo pactado.
Por supuesto, se ha de negociar con prudencia con aquellos clientes que soliciten un aplazamiento de sus pagos. Este es un escenario probable pero no por ello se han de reducir las medidas de control del riesgo crediticio.
Además, conviene recordar los diversos recursos disponibles para prevenir o compensar este tipo de situaciones:
- Provisión de cartera, mediante la reserva de fondos equivalentes a los créditos por cobrar.
- Financiación del circulante a corto plazo, mediante factoring.
- Y contratación de un seguro de crédito.
Renegociación con proveedores
En segundo lugar, y en caso de necesidad, deberás negociar tus cuentas por pagar con los correspondientes proveedores, con el fin de preservar la liquidez apropiada para continuar con la actividad.
En este sentido, es recomendable incrementar la comunicación con clientes y proveedores, para encontrar un equilibrio entre las necesidades de unos y otros, y nuestro propio flujo de caja.
Aplazamiento de obligaciones tributarias y con la Seguridad Social
Finalmente, no hay que olvidar que el Gobierno está adoptando medidas para permitir el aplazamiento del pago de impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social.
Incremento de la liquidez
En el caso de que la evolución del flujo de caja amenace con ahogar la tesorería del negocio, se deberá inyectar liquidez, y crear así un colchón de activo circulante.
El principal problema de esta crisis sanitaria es la incertidumbre generada por la falta de información y conocimiento que se tiene sobre el COVID-19.
Es difícil prever un plazo de recuperación de la normalidad, máxime cuando las medidas de control a lo largo del mundo están teniendo lugar a distinto ritmo.
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Dada la situación, lo apropiado es asegurarse de que se dispone de liquidez suficiente para un periodo prolongado de reducción de la actividad económica.
La opción a elegir dependerá de las características y situación de cada negocio:
- Financiación por entidades bancarias o crediticias: la apertura de líneas de crédito es una opción que contribuye a oxigenar la tesorería, sin sobrecargar el pasivo. Por otro lado, el Gobierno ha aprobado una serie de medidas, destinadas a inyectar liquidez en las empresas, mediante la concesión de préstamos con períodos de carencia.
- Emisión de deuda a largo plazo.
- Y ampliación de capital: por último, contar con el apoyo de los socios o ampliar el accionariado con nuevos inversores también aporta liquidez, sin necesidad de incrementar el endeudamiento.
Es previsible que muchas empresas se vean afectadas por tensiones de liquidez o impagos que terminen afectando a su nivel de solvencia.
Sin embargo, no hay que olvidar que la situación actual tiene un carácter coyuntural y, por tanto, una vez revertida, será posible recuperar la normalidad de la actividad económica.