Los riesgos sanitarios y la paralización de buena parte de la actividad económica del país, como consecuencia de la epidemia del covid-19, suponen un desafío para todo el tejido empresarial.
Por ese motivo, es imprescindible contar con un plan de contingencia para hacer frente a la vulnerabilidad de los empleados, la caída de la demanda, la escasez de suministros o incluso la detención total de la actividad mercantil.
Con el propósito de elaborar un plan eficaz, es necesario distinguir entre las diferentes áreas que van a verse afectadas y las medidas organizativas y preventivas que pueden ser adoptadas.
Ámbito laboral
Estamos sumergidos en una crisis de carácter sanitario y, como tal, los empleados de tu empresa pueden verse afectados desde una perspectiva tanto personal, como profesional. Su salud, equilibrio emocional, estabilidad financiera y, por supuesto, la conciliación familiar y laboral son aspectos especialmente frágiles.
Por ese motivo, el plan de contingencia debe sopesar, en primer lugar, la vulnerabilidad de todos tus trabajadores.
Medidas de protección laboral
El plan de contingencia debe distinguir dos grandes áreas de protección y organización.
En primer lugar, se han de hacer los ajustes necesarios respecto a la metodología de trabajo, así como las condiciones de asistencia al mismo:
- El departamento de Recursos Humanos debe incrementar su actividad informativa, con el fin de ayudar a los empleados a gestionar la incertidumbre y adaptarse a las nuevas circunstancias.
- El trabajo a distancia y la flexibilidad en los puestos y responsabilidades son clave para garantizar la conciliación y la continuidad de la actividad.
- Finalmente, en caso necesario, deberán emitirse los correspondientes expedientes de regulación de empleo.
Por otra parte, han de articularse las medidas sanitarias oportunas para prevenir contagios:
- Se ha de limitar los desplazamientos fuera del entorno laboral, y se han de potenciar las reuniones no presenciales.
- Se ha de hacer un seguimiento inmediato de los posibles casos de contagios.
- Y se han de endurecer las medidas de higiene tanto en el entorno de trabajo como de los hogares ,proporcionando a los empleados las recomendaciones y recursos oportunos.
Ámbito de actividad productiva
Evidentemente, la continuidad de la producción o el servicio brindado por tu empresa es un ámbito clave que se ve afectado por un descenso en el ritmo de la economía.
Las medidas del plan de contingencia deben prever escenarios en los que los proveedores vean reducida su capacidad, o incluso la actividad deba ser detenida por imperativo legal o como consecuencia de la escasez de recursos.
No obstante, determinados sectores de actividad pueden necesitar incrementar su actividad productiva para hacer frente a las nuevas necesidades, relacionadas con la emergencia sanitaria.
Medidas organizativas de la producción
- Se deben identificar aquellos puestos y recursos productivos imprescindibles para la continuidad del negocio.
- Igualmente, en la medida de los posible, se han de buscar alternativas que permitan sustituir la actividad productiva paralizada.
- Finalmente, es importante acordar con los proveedores las condiciones oportunas para mantener la actividad o restaurarla cuando sea posible.
Actividad comercial
Con independencia de que la actividad productiva pueda mantenerse, es previsible una caída de la demanda, tanto interna como externa, en aquellos sectores no relacionados directamente con la resolución de la crisis sanitaria y el abastecimiento de alimentos.
Por otro lado, el acceso a buena parte de los mercados exteriores puede quedar limitado, ya sea debido a la reducción de la demanda en dichos mercados, o la imposición de medidas restrictivas en el comercio internacional.
Medidas de carácter comercial
La caída en las ventas requiere de una reacción inmediata pero no precipitada.
- Por una parte , comenzar con un proceso de prospección, que nos permita diversificar la actividad comercial tan pronto como la producción lo permita.
- Dicha prospección debe realizarse con las debidas comprobaciones, valorando el impacto económico que esta crisis pueda tener en tus potenciales clientes.
Ámbito financiero
Por último, la solvencia financiera de las empresas que reducen su actividad va a verse sometida a un notable estrés.
Medidas de carácter financiero
Previsiblemente, la liquidez será el mayor reto en el corto plazo, por lo que será necesario:
- Encontrar fuentes de financiación que toleren la incertidumbre y faciliten la continuidad de la actividad, o la reactivación de la misma cuando sea posible.
- Proteger la cuenta de resultados frente al impago o insolvencia de los clientes.
- Volver a evaluar la solvencia de la cartera de clientes, para ajustar los límites de crédito que les son concedidos.
En definitiva, la crisis desatada por el coronavirus tiene repercusiones en múltiples ámbitos. La mejor manera de proteger tu empresa es analizar cada uno de ellos y adoptar medidas que permitan limitar sus efectos, tanto en el corto, como en el largo plazo.