El último Censo Agrario recién publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha corroborado un notable incremento de la presencia de mujeres al frente de las explotaciones agrícolas.
Visibilización de la mujer en el campo
En 2020, se llegaron a contabilizar un total de 261.634 mujeres, lo cual supone un crecimiento del 22% durante la última década. Paralelamente, el porcentaje de varones se ha reducido en un 16%. En consecuencia, y en comparación con los hombres, ellas ocupan actualmente el 28,6% de la dirección agrícola.
Conviene recordar que la mujer siempre ha tenido presencia en el campo. Sin embargo, históricamente su participación había permanecido invisible y a menudo carecía de un alta en la Seguridad Social. La reforma de la Seguridad Social Agraria, durante la primera década del presente siglo, facilitó e incentivó la cotización a la Seguridad Social para las mujeres que habían estado trabajando en el campo sin contar con la adecuada regularización de su trabajo.
Perfil de la mujer al frente de las explotaciones agrícolas
El primer aspecto destacado de estas mujeres es el hecho de que el 85% de las mismas son titulares de la explotación que supervisan. Es decir, se trata de mujeres emprendedoras y empresarias con su propio negocio agrícola o ganadero.
En lo que se refiere a su formación o trayectoria profesional, el 85% únicamente atesora experiencia en el campo. Por otro lado, hay un 12,7% que cuenta con formación específica en su actividad. Finalmente, un 1% ha realizado estudios universitarios.
En cuanto al perfil de edad, la mujer que dirige actividades agrícolas es bastante madura. Al fin y al cabo, ponerse el frente de una explotación requiere años de experiencia:
- Un 42,5% ha cumplido más de 65 años
- El 27% tiene entre 44 y 64 años
- Algo más del 18% tiene entre 45 y 54 años
- El 8% tiene entre 35 y 44 años
- Algo menos del 3% tienen menos de 35 años
La cornisa cantábrica es la que cuenta con más mujeres al frente del campo, especialmente en:
- Galicia, con el 48%
- Principado de Asturias, con el 44,5%
- Cantabria, con el 33,5%
- Y País Vasco, con el 26%
No obstante, las mujeres también se han abierto paso en el sur y la meseta española, como ejemplifican:
- Andalucía, con el 29%
- Extremadura, con el 27,8%
- Y Castilla La Mancha, con el 28,12%
Tipología de las explotaciones agrícolas
De acuerdo con Cocampo, plataforma digital para la venta y el arrendamiento de fincas rústicas, las mujeres que dirigen explotaciones agrarias tienen más presencia en el olivar. Por el contrario, su incidencia es baja en explotaciones frutales, hortícolas, de aves, ganaderas mixtas, de ovino-caprino, de leche y de porcino.
Ámbitos de mejora
A pesar de los progresos en la visibilización y participación de la mujer en los puestos de gestión del sector agrario, aún hay aspectos en los que mejorar.
Explotaciones agrarias de menor tamaño
Según la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur), la media de la superficie útil de las explotaciones gestionadas por mujeres es inferior a la de los hombres. Esto supone una menor generación de empleo e ingresos.
El mercado inmobiliario agrícola es aún opaco, por lo que la compraventa del terreno no resulta transparente y presenta dificultades.
Menores ingresos y financiación
Aunque hay diversos factores involucrados, la menor capacidad productiva del terreno debido a su tamaño puede afectar a los ingresos generados. Los hombres que gestionan explotaciones agrarias obtienen 36.150 euros anuales. Por otro lado, las mujeres consiguen 21.500 euros.
Evidentemente, los ingresos son uno de los aspectos utilizados para determinar los límites de financiación bancaria. Este podría ser uno de los motivos por los que las mujeres titulares de explotaciones obtienen menores préstamos y llevan a cabo inversiones de menor importe en sus explotaciones.
Imagen poco visibilizada de la mujer gestora de explotaciones agrícolas
Finalmente, Fademur también recomienda realizar campañas de promoción que contribuyan a visibilizar y vincular la imagen de la mujer con el campo y la gestión de las explotaciones agrarias. Esto debería ayudar a evitar o limitar la discriminación o los prejuicios que aún puedan existir en el sector.
En este sentido, tanto Cocampo como Fademur han recibido con buenos ojos las medidas incluidas en la nueva Política Agraria Común. Estas tienen como propósito incentivar el acceso de la mujer al medio rural como salida profesional.