El sistema eléctrico español es muy vulnerable al encarecimiento de la energía importada. Las políticas energéticas han dado lugar a ineficiencias infraestructurales, que se evidencian en periodos de crisis.
Ejemplo de ello es lo ocurrido en la balanza comercial española, durante el pasado mes de agosto, y que podría replicarse en este fin de año.
En el citado mes veraniego, se acumuló un déficit energético no visto desde el año 2014.
Según las estadísticas del Ministerio de Comercio, durante el mes de agosto, y en el contexto de una ola de calor que azotó Europa, España importó energía por valor de 4.400 millones de euros.
Esta cifra no solo supuso un incremento de 800 millones, respecto al verano anterior; también implicó regresar a volúmenes de gasto propios del año 2014.
El resultado del mes de agosto fue un déficit comercial de 2.400 millones de euros, de los cuales la compra de petróleo arrojó un saldo negativo de 1.800 millones de euros.
Escalada en el precio del gas
Las compras de gas durante el pasado mes de agosto alcanzaron los 700 millones de euros, lo cual implicó un incremento del 153% interanual. Detrás de esta factura, es posible identificar múltiples causas.
Caída de las reservas de gas natural
Uno de los factores que está contribuyendo al encarecimiento del gas es el proceso de reabastecimiento, llevado a cabo por los países del hemisferio norte.
Hay que recordar que el pasado invierno fue especialmente frío, lo que contribuyó a dejar en mínimos los inventarios de gas natural licuado (LNG).
Ahora los países compiten en el mercado por reabastecer sus reservas, a la espera de otro invierno difícil, lo cual empuja los precios al alza.
Limitaciones de suministro
Además, los principales países suministradores están experimentando sus propias dificultades.
Tal y como señaló la publicación de Euler Hermes “Energy prices in Europe: (a costly) winter is coming”:
- Estados Unidos ha retirado el 40% de su suministro de gas natural, como consecuencia de la temporada de huracanes.
- Rusia está controlando sus exportaciones para reabastecerse antes de la llegada del invierno; si bien sí está cumpliendo con sus obligaciones contractuales de largo plazo.
Además, no hay que olvidar que la actual administración de Estados Unidos se negó inicialmente al despliegue del nuevo gasoducto Nord Stream 2, que llevará gas de Rusia a Alemania.
Finalmente, germanos y norteamericanos llegaron a un acuerdo en julio, y el gasoducto ya está operativo, aunque todavía no bombea combustible.
Limitaciones portuarias y regulaciones medioambientales
No hay que olvidar que la pandemia aún afecta severamente a muchos países exportadores de materias primas. Esta circunstancia, sumada al encarecimiento del flete marítimo está dificultando el transporte de combustible y, por tanto, su encarecimiento en el mercado.
Por otro lado, China ha comenzado a implementar nuevas normativas medioambientales, que restringen el uso del carbón, y conducen inevitablemente al abastecimiento de gas natural.
Subida de la energía eléctrica
Si recuperamos las cifras del mes de agosto, y a pesar del notable incremento en el coste de los combustibles, podemos apreciar que la mayor subida tuvo lugar en la compra directa de electricidad ya generada.
La factura ascendió a 251 millones de euros, que representa 4,5 veces la facturación del mismo periodo de 2020, y 4 veces la cifra previa a la pandemia.
Cabe señalar que las exportaciones de electricidad también se elevaron un 200%, más allá de los 180 millones de euros.
Esto contribuyó a reducir el déficit a la cifra de 70 millones de euros. A pesar de esto, el mes de agosto del presente año figura como la tercera peor cifra de la serie histórica.
Caídas y restricciones en energía renovables y energía nuclear
El desmantelamiento de centrales nucleares en España y otros países europeos requiere el despliegue de alternativas de generación de electricidad.
Sin embargo, los retrasos en proyectos de energía renovable, así como la vulnerabilidad frente a la escalada del gas, en el caso de las centrales de ciclo combinado, han provocado limitaciones en la producción eléctrica, y su consiguiente encarecimiento.
Sirva de ejemplo que la Generalitat de la Comunidad Valenciana está sopesando solicitar una prórroga del cierre de la central nuclear de Cofrentes, la instalación de mayor potencia en España.
A esto hay que añadir otras circunstancias internacionales que empujan a los mercados hacia la compra de gas y petróleo.
- Algunas de las plantas nucleares de Reino Unido y Alemania se encuentran en mantenimiento.
- La producción de energía eólica ha caído en Europa, afectando a países como España y Reino Unido.
- El caudal de los ríos brasileños se encuentra en niveles extremadamente bajos, lo cual ha reducido drásticamente la producción de energía eólica.