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Desalinización del agua: una solución al desabastecimiento

Desalinización del agua

La escasez de agua se está convirtiendo en un problema, con diversas ramificaciones para la economía y sociedad españolas, así como buena parte de otras regiones del mundo. En el caso de España, la sequía, que ha caracterizado el comienzo de año, ha puesto en peligro las cosechas en la cuenca del Mediterráneo.

Por otro lado, las deficiencias en la gestión de los acuíferos y el incumplimiento de la Directiva de Nitratos han llevado a España ante los Tribunales de la Unión Europea. Se ha señalado al sector ganadero como uno de los responsables de la contaminación del agua por nitratos.

Recientemente, la Comisión Europea ha propuesto la renovación de la actual normativa con el objetivo de reducir la contaminación atmosférica de las explotaciones ganaderas. No obstante, la mejora en la gestión del agua continúa siendo una asignatura pendiente.

Finalmente, no podemos olvidar la importancia de la disponibilidad de agua para garantizar el correcto abastecimiento de la población.

En este contexto, la industria de la desalinización del agua se perfila como una alternativa capaz de aportar soluciones cada vez más sostenibles.

Planificación hídrica

Actualmente hay varias regiones españolas que no pueden cubrir las necesidades de agua con los recursos convencionales. Destacan la costa mediterránea, así como las Islas Canarias e Islas Baleares.

La gestión hidrológica de estas regiones podría verse beneficiada con una planificación que incluya la utilización más intensiva y sistemática de plantas desalinizadoras.

De hecho, España es, junto a países como Arabia Saudí, Israel, Estados Unidos o Australia, un líder en capacidad instalada para desalinización. No en vano, somos el país que más utiliza agua desalada por hectárea regada en agricultura.

Otros países han comenzado a desplegar esta tecnología a gran escala para hacer frente a sus necesidades. Tal es el caso de Marruecos, Sudáfrica o México.

Tecnología para la desalinización del agua

Una de las barreras para la utilización de plantas desalinizadoras es el coste del proceso. Afortunadamente, la tecnología disponible ya permite la viabilidad de muchos proyectos.

La ósmosis inversa es una técnica de filtrado por membrana semipermeable cuya utilización se ha popularizado a nivel internacional, superando los tradicionales sistemas de destilación.

Entre las múltiples ventajas de este proceso, destacan las siguientes:

  • El reducido consumo energético permite un ahorro de costes, clave para la continuidad del proyecto en el largo plazo.
  • Al tratarse de una tecnología ampliamente extendida e implantada, resulta fácil acceder a los materiales y suministros necesarios.
  • La infraestructura empleada es modular, lo cual reduce los riesgos de averías, así como la intervención de operarios.

Por otro lado, existen diversos focos de investigación y desarrollo. El Departamento de Agua del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), de gran importancia en el desarrollo de esta tecnología en España, apunta a tres grandes áreas:

  • La mejora de la eficiencia energética.
  • La reducción del ensuciamiento de las membranas para limitar los costes de explotación derivados de la paralización de la actividad, por labores de limpieza.
  • El aprovechamiento de subproductos de salmuera, que permita además reducir el impacto sobre el medio marino.

Por supuesto, existen otras tecnologías en desarrollo, como es el caso de la destilación por membrana. Esta requiere fuentes de calor, motivo por el cual ha sido ligada a la energía solar. Sin embargo, sus costes de implementación y ratio de eficiencia aún no justifican el despliegue a gran escala.

Principales desafíos del sector de la desalinización del agua

A pesar del progreso tecnológico, la desalinización del agua aún tiene que hacer frente a algunas barreras y desafíos.

Coste energético

El uso de energía constituye uno de los principales factores limitantes. De hecho, el contexto actual ha provocado una fuerte fluctuación de los costes debido al encarecimiento de la energía.

La transición ecológica aspira a suplir los recursos fósiles por energías renovables. Sin embargo, la capacidad instalada y su eficiencia aún plantean un escenario incierto, cuya resolución podría demorar varias décadas.

Impacto medioambiental

El proceso de desalinización del agua presenta dos efectos adversos en términos medioambientales.

  • En primer lugar, la utilización de energía acarrea una huella de carbono, que se espera reducir conforme se mejore la tecnología y se incorpore el uso de energías renovables.
  • Y en segundo lugar, el residuo de salmuera provoca un impacto en la biosfera marina. Como ya se ha señalado, se está investigando en métodos de reutilización de la salmuera, pero aún hay camino por recorrer.

Integración en la economía circular

Precisamente, la extracción de materiales o reciclado de la salmuera es un ejemplo de cómo se aspira a integrar las plantas de desalinización en la economía circular.

Apoyo de la administración pública

Finalmente, la administración pública juega un papel fundamental tanto en la planificación hídrica como en el apoyo a iniciativas privadas.

Cabe señalar que tanto la desalinización del agua como los sistemas de depuración son solo una parte de la resolución del problema. La disponibilidad de agua también está condicionada por los niveles de contaminación, ocasionados por la población y los sectores industriales.

En esta línea, recientemente, se ha publicado el Plan Estratégico de la Política Agraria Común (PEPAC), para España durante el periodo 2023-2027. Este nuevo plan presenta mejoras en términos de sostenibilidad medioambiental. No obstante, varios grupos ecologistas y organizaciones medioambientales han sugerido la adopción de medidas más restrictivas para prevenir la contaminación del agua. 

Actualidad Solunion

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