La digitalización de la industria –fenómeno también conocido como Industria 4.0- ha alcanzado al sector alimentario, que necesita adaptarse rápidamente a las nuevas tendencias que afectan tanto al consumidor, como a los procesos internos de producción y distribución.
Confusión dentro del sector alimentario acerca del propósito de la digitalización
De acuerdo con la agencia de información agroalimentaria Efeagro, este sector aún se debate entre mantener su infraestructura tradicional, o acometer un proceso de transformación cuyo propósito y resultado aún no vislumbra con claridad.
- Por un lado, buena parte de los directivos carecen de la información y preparación necesarias para abordar el liderazgo necesario, con el que guiar a sus empresas hacia la cuarta revolución industrial del sector.
- Y por otro lado, aún persiste una evidente falta de unión sectorial, que debilita la capacidad de negociación de los productores en el mercado.
Precisamente, este último es uno de los aspectos que destaqué en un análisis previo del sector vinícola, el cual puedes leer aquí:
Radiografía del sector del vino en España
Es necesario encontrar una pronta solución para esta confusión dentro del sector.
Según un reciente estudio sectorial sobre la digitalización en el sector de la Alimentación y las Bebidas, encargado por Siemens PLM Software, las grandes empresas de alimentación y bebidas deben acelerar su proceso de digitalización si quieren seguir siendo competitivas.
Motivos no faltan. El citado estudio ha revelado el potencial de numerosas tecnologías. Por ejemplo, la utilización de software de gestión de operaciones de producción o MOM (Manufacturing Operations Management), así como del gemelo digital o “digital twin” posibilitan una reducción del tiempo de salida al mercado del producto en hasta un 50%.
Smart factory: sistemas de producción y distribución avanzada de la Industria alimentaria 4.0
Mediante la digitalización de la cadena de valor de la industria alimentaria, es posible producir mayores cantidades de alimentos, incrementar su calidad e incluso personalizar sus características, para adaptarlos a las necesidades y requerimientos de los consumidores.
Existe una gran cantidad de nuevas tecnologías que están transformando los procesos productivos, tales como el IoT (Internet de las cosas), el análisis de Big Data, la robótica avanzada, la computación en la nube y, por supuesto, la Inteligencia Artificial.
Su aplicación conjunta en lo que ha sido denominado como “smart factories” o fábricas inteligentes genera importantes sinergias que se traducen en:
- Optimización de la gestión de los procesos de producción, incrementando la eficiencia y la calidad.
- Ahorro de costes, mediante la reducción de las pérdidas y defectos de fabricación.
- Diseño y fabricación de productos hiper-personalizados.
Hiperconectividad del consumidor
Debido a la digitalización del sector, el consumidor se ha convertido en un protagonista de la cadena de valor de la industria alimentaria.
Por una parte, el consumidor experimenta el proceso de compra en formato omnicanal; es decir, salta del canal online al canal offline con extrema facilidad, y espera que dicha transición tenga lugar con fluidez y de forma armonizada.
Por otra parte, el comportamiento del consumidor conectado se traduce en una enorme cantidad de información. Este Big Data puede ser, ahora, utilizado por las empresas del sector alimentario para optimizar los procesos de diseño, fabricación, distribución y venta.
La geolocalización, el análisis de los patrones de consumo, el marketing en tiempo real y otros tantos factores similares convierten al consumidor en la figura central de la industria alimentaria.
Integración de la cadena de valor
Uno de los grandes problemas tradicionales de cualquier industria –incluyendo la alimentaria- ha sido el de lograr que todos los agentes de la cadena de valor trabajasen de forma coordinada.
Si ya de por sí, la industria de la alimentación presenta una cadena de valor compleja, la globalización del mercado no ha hecho sino multiplicar las variables y descentralizar la gestión en múltiples silos.
Afortunadamente, la digitalización está haciendo posible la creación de redes colaborativas que permiten integrar el conocimiento conjunto. El uso del cloud computing o computación en la nube es uno de los grandes responsables en este avance.
Entre las múltiples ventajas que estas redes colaborativas presentan, cabe destacar:
- La optimización y flexibilización de la toma de decisiones estratégicas, al eliminar los habituales niveles de incertidumbre dentro de la cadena de valor.
- La mejora de la trazabilidad tanto de las materias primas, como de los productos acabados desde el momento de recolección o producción, hasta el instante en que el consumidor los adquiere.
- La detección y capacidad de reacción rápida frente a alertas alimentarias que puedan poner en peligro la salud del consumidor o la imagen del sector.
En definitiva, este sector tiene ante sí un importante reto de transformación. Sin embargo, los beneficios que puede proporcionar compensan con creces el esfuerzo a realizar.
Lectura recomendada:
La innovación al servicio del sector agroalimentario