De acuerdo con la Asociación Empresarial Eólica (AEE), España cuenta con más de 1.200 parques eólicos, que suman un total de 20.940 aerogeneradores. El 36% de estas instalaciones datan de antes del 2005, por lo que están afrontando sus últimos 5 años de vida útil.
Solo en los próximos años, se va a proceder a la desinstalación de más de 20.000 palas, lo que supondrá un enorme desafío. Concretamente, entre 2023 y 2025, será necesario desmantelar 3.000 aerogeneradores, una cifra que se triplicará en el periodo 2026-2030. El sector eólico español es líder internacional a nivel de exportaciones. Ahora, tiene una oportunidad para también ser pionero en el reciclado de sus componentes y materiales.
Próximo reciclado de más de 20.000 palas eólicas
Según los cálculos de la AEE, el volumen de palas que van a ser sustituidas próximamente, podría alcanzar las 145.000 toneladas. Pero no solo será el volumen lo que supondrá un reto. A partir del año 2025, la nueva normativa europea prohibirá la acumulación de este tipo de materiales en los vertederos.
Normativa para el reciclado
Los Estados miembros deberán, a partir de 2025, reciclar el 70% de los metales ferrosos y residuos de vidrio. También el 50% de los residuos plásticos y de aluminio, sumado al 25% de los procedentes de la madera. A esto se añadirá el más que previsible endurecimiento de las condiciones para exportar los residuos fuera de la Unión Europea.
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Potencial económico
El 85% de los materiales utilizados en la infraestructura de los parques eólicos es acero y hormigón, materiales que pueden ser reutilizados en múltiples sectores como la construcción. La cuestión es que la composición de las palas eólicas es compleja, lo que ha dificultado el desarrollo de soluciones a gran escala hasta la fecha.
Sin embargo, el estudio “Reciclaje de eólica, fotovoltaica y baterías en Europa: una oportunidad para la recuperación de materias primas críticas”, publicado por la fundación Naturgy, señala que el reciclaje podría cubrir un tercio de los materiales necesarios para los componentes de las palas eólicas.
Además, el aspecto más relevante de este proceso de reciclado, es que puede resultar más rentable que la adquisición de los materiales. Según las estimaciones de la sociedad GIRA Wind, el sector eólico cuenta con materiales obsoletos, valorados en 250 millones de euros, así como componentes por valor de 300 millones.
Iniciativas de economía circular
Venta a mercados de segunda mano
La Asociación Empresarial Eólica (AEE) señala que la venta de las palas eólicas en mercados de segunda mano puede ser la solución idónea y más sencilla a esta problemática. El objetivo es colocar estas infraestructuras en mercados que aún no están tan avanzados en el desarrollo de energías renovables y que carecen de recursos para desplegar instalaciones nuevas. Siendo además una alternativa más sostenible, evitando un gasto energético extra y siendo una opción más rentable.
Reciclaje mediante triturado y pirólisis en las palas eólicas
El triturado consiste en la integración de las palas en la elaboración de otros materiales, gracias a la alta concentración de fibras de vidrio, las cuales cuentan con propiedades aislantes. A este proceso se suma la pirólisis, que se basa en el calentamiento a altas temperaturas, para la eliminación de las resinas, devolviendo los componentes a su estado original.
En 2022, un total de 18 compañías crearon un consorcio con el objetivo de desmantelar instalaciones, reacondicionar los componentes, achatarrar el acero y, por supuesto, reciclar las palas eólicas obsoletas. Este consorcio tiene previsto construir una nueva planta de reciclaje con capacidad para gestionar 6.000 toneladas de residuos cada año.
Por su parte, grandes energéticas como Naturgy, Ruralia, Posteléctrica Fabricación y Huso 29 Renovables han creado la mencionada sociedad GIRA Wind, para el desmantelamiento y reciclaje de aerogeneradores. Endesa y PreZero van a crear una planta de reciclaje de aerogeneradores en León, con el foco puesto en la recuperación de la fibra de vidrio.
En definitiva, el sector de la energía eólica en España está demostrando una clara voluntad por adaptar su modelo de negocio a los nuevos estándares de la economía circular.