Las metas de descarbonización, fijadas para el año 2050, son uno de los grandes pilares de la política europea y, por ende, de las petroleras europeas. Sin embargo, durante los últimos años, estas empresas han modificado sus planes para dar prioridad a las inversiones en petróleo y gas.
De hecho, en 2024, la inversión global en exploración y producción (upstream) alcanzó los 578.000 millones de euros. Esto supone un 40% más que en 2019 y refleja un cambio de tendencia significativo. Detrás de este movimiento hay múltiples factores que debemos analizar para comprender el futuro del sector energético.
El cambio de enfoque de las grandes petroleras europeas
Las petroleras europeas han pasado de prometer una transformación hacia las energías renovables a ajustar sus planes estratégicos y poner el foco en la rentabilidad a corto plazo.
Geopolítica y mercados: el impacto de la guerra de Ucrania y la presión de los accionistas
La guerra en Ucrania y el incremento de los precios del petróleo han reforzado la necesidad de garantizar suministros energéticos seguros y rentables. A esto se suma la presión de los accionistas, quienes demandan un enfoque más inmediato en los beneficios.
Según los analistas de Accela Research, estos factores han debilitado los incentivos para priorizar la transición energética en favor de las ganancias a corto plazo.
Comparativa global: Europa frente a Estados Unidos y China
Durante gran parte de esta década, las petroleras europeas han intentado avanzar hacia las energías limpias. Sin embargo, el retroceso en sus metas refleja una creciente tensión entre la rentabilidad a corto plazo y los compromisos climáticos.
En contraste, las grandes petroleras estadounidenses y chinas han mantenido un enfoque más tradicional, centrado en los combustibles fósiles para garantizar el suministro energético y responder a la creciente demanda.
Estados Unidos: el auge del petróleo local y las adquisiciones de Exxon y Chevron
Estados Unidos se ha consolidado como una potencia petrolera gracias a la explotación local de sus vastos recursos. Exxon y Chevron lideran este enfoque con la ampliación de sus operaciones mediante adquisiciones clave.
En 2023, Exxon compró Pioneer Natural Resources y Chevron adquirió Hess. Estas operaciones superaron los 106.000 millones de euros, y evidencian una estrategia que persigue maximizar la producción fósil para garantizar el liderazgo energético global.
China: el equilibrio entre liderazgo en renovables y dependencia del carbón y el gas
China se ha posicionado como líder mundial en energías renovables gracias a sus masivas inversiones en energía solar, eólica y almacenamiento de baterías. Sin embargo, su economía sigue siendo altamente dependiente del carbón y el gas para satisfacer su creciente demanda energética.
Aunque ha dado pasos significativos hacia la descarbonización, las proyecciones indican que su ritmo de inversión en renovables podría ralentizarse debido a factores económicos y políticos.
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Factores que explican el giro estratégico en las petroleras europeas
El cambio en la estrategia de las grandes petroleras europeas responde a una combinación de factores económicos, tecnológicos y políticos que han reconfigurado sus prioridades en un entorno energético volátil.
Rentabilidad a corto plazo: el atractivo del petróleo en un mercado volátil
La volatilidad del mercado energético, provocada por la guerra en Ucrania y la inestabilidad económica global, ha hecho que el petróleo recupere su atractivo como una fuente de ingresos, inmediata y segura. Los altos precios del crudo han generado beneficios récord para las compañías, lo que ha incentivado la inversión en hidrocarburos frente a proyectos de energías limpias, cuya rentabilidad se sitúa en el largo plazo.
Retos tecnológicos y económicos: inflación, costes y cuellos de botella en energías renovables
El desarrollo de las energías renovables está encontrándose con grandes desafíos, como la inflación y el aumento de los costes asociados a las cadenas de suministro. La eólica marina, en particular, ha experimentado dificultades para ser rentable en un contexto de inflación.
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Por otra parte, algunos sectores se han encontrado con un fenómeno inesperado. El auge de la inteligencia artificial ha generado un aumento notable de la demanda de energía por parte de los centros de procesamiento de datos. Incluso gigantes como Google han tenido que alterar sus planes de sostenibilidad debido a la insuficiencia de las energías renovables, para satisfacer su consumo energético.
Impacto del contexto político: cambio en la Administración de los Estados Unidos
Por último, el reciente cambio en la presidencia de los Estados Unidos podría suponer un aumento de las perforaciones petrolíferas. Además, no es descartable que pueda producirse un retroceso en las políticas referentes a las energías renovables.
Es evidente que este giro estratégico de las petroleras europeas no solo retrasa el progreso hacia la descarbonización, sino que también refuerza la dependencia del petróleo y el gas. La transición energética, aunque más lenta, sigue siendo inevitable y será un motor de innovación y competitividad para quienes sepan anticiparse. Ahora bien, en un mercado tan globalizado y competitivo es imprescindible gestionar las tensiones entre la rentabilidad a corto plazo y los compromisos climáticos a largo plazo.