El sector porcino español está disfrutando de una época de éxito y crecimiento sin precedentes.
Aporta 4500 millones de euros en una balanza comercial positiva y genera más de 300 000 puestos de trabajo directos, así como un millón de puestos indirectos, concentrados fundamentalmente, en zonas rurales.
El pasado ejercicio 2017 se cerró con una cifra de negocio de 15 000 millones de euros. Además, por primera vez, se superaron los 5000 millones de euros en exportaciones, gracias a un crecimiento de las ventas de un 13%, y un consumo interno estable.
España es el tercer exportador mundial de productos del porcino, con ventas a más de 130 países.
Semejantes cifras son el resultado de un gran esfuerzo y una cuidada estrategia, puestos al servicio de la calidad, la seguridad alimentaria y un modelo de producción basado en la sostenibilidad y el bienestar del animal.
De hecho, este proceso de transformación hacia una ganadería propia del siglo XXI ha situado al sector como un referente internacional.
El sector porcino español como referente internacional
El sector porcino español ha desarrollado una estructura productiva sin precedentes, caracterizada por una serie de factores clave.
El modelo de producción más sostenible del mundo
El modelo de producción se rige por la normativa de la Unión Europea, la más exigente del mundo en lo que se refiere a la seguridad alimentaria, así como al bienestar del animal.
De hecho, España fue uno de los primeros países en implementar esta legislación ya en el año 2013, lo que supuso una inversión superior a los 1.000 millones de euros.
Las granjas españolas han asimilado el principio productivo de “reducir y reutilizar”, lo que ha permitido conseguir notables resultados en apenas unos años.
De acuerdo con las cifras de INTERPORC (Interprofesional del Porcino de Capa Blanca), gracias a las medidas adoptadas, se ha logrado disminuir:
- En un 30% el uso de agua por cada kilo de carne. Cabe señalar que el consumo de agua del sector porcino constituye únicamente el 0,05% del consumo total en España.
- En un 22% las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Y en un 30% los nitratos, mediante la implementación de una reciente normativa de purines.
Referente en el bienestar animal
Las condiciones de trato a los animales es uno de los aspectos que más auge ha ganado durante los últimos años. Garantizar su bienestar no solo se ha convertido en una exigencia por parte de la sociedad, sino que también se traduce en una mejora de la calidad del producto final.
Uno de los aspectos más significativos que ilustran el progreso que ha tenido lugar dentro del sector ha sido, por ejemplo, el incremento en un 65% del espacio proporcionado a las hembras reproductoras de porcino.
Además, la normativa que regula las condiciones de trato a los animales garantiza que estos dispongan de más espacio, más protección y mejores condiciones higiénicas que en cualquier otra parte del mundo.
La seguridad alimentaria como máxima prioridad
Igualmente, España lidera el sector porcino mundial con sistemas de control activo, así como sistemas de trazabilidad del producto, desde la granja, hasta que llega a la mesa del consumidor.
La carne de cerdo española se engloba en la reconocida “dieta mediterránea”, y es consumida de forma moderada y de acuerdo con los principios establecidos por la comunidad científica.
Los pequeños productores reclaman un mayor apoyo
Pese a los argumentos expuestos, este artículo no estaría completo sin señalar que, hace apenas dos años, el sector tuvo que hacer frente a una importante crisis en el sistema productivo. La reducción de los precios de venta de la carne de cerdo puso en jaque a los pequeños productores, dado que los costes de fabricación eran superiores a los ingresos generados.
La UPA (Ganadería de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos) llegó a advertir de la alarmante situación al respecto, lo que se tradujo en una reducción del censo de cabezas de porcino. Esta coyuntura no sólo afectó a España, sino a toda Europa.
Las causas de esta situación merecerían otro artículo que iría más allá de modernización del sector, refiriéndose a factores como la política de comercio exterior, las sanciones comerciales a Rusia y, por supuesto, el endurecimiento de la normativa de producción.
En definitiva, el sector porcino, aun disfrutando de una buena salud, tiene todavía asignaturas pendientes que resolver, que han de ser abordadas en el futuro más inmediato.