España se ha consolidado como un referente en recuperación económica, de acuerdo con el ranking de desempeño de la OCDE, según una reciente publicación del diario británico The Economist.
Este avance destaca la capacidad del país para adaptarse a un contexto global marcado por desafíos como la inflación, los conflictos internacionales y los altos tipos de interés.
Ranking de The Economist: España en la cima
España ocupa el primer lugar en el ranking de recuperación económica, superando a otras grandes potencias.
Este posicionamiento es el resultado del análisis y comparación de los siguientes indicadores:
- PIB: con un crecimiento del 3,5%, España es la tercera economía con mejor desempeño, solo por detrás de Israel (6,7%) y Grecia (3,7%).
- Mercado bursátil: un aumento del 17,1 % coloca a España en la décima posición global.
- Inflación: controlada en un 2,4%, lo que demuestra estabilidad frente a otras economías.
- Empleo: la tasa de paro se redujo en siete décimas, hasta alcanzar el menor nivel en más de una década (entre 11% y 12%).
- Déficit fiscal: aunque la deuda y el déficit tienen niveles preocupantes, el déficit primario sin intereses (-0,6 %) está mejor gestionado que en muchos países.
Comparativa internacional
La evolución de la economía española se sitúa en niveles superiores a muchas otras grandes economías como Canadá, Alemania, Francia, Estados Unidos y Reino Unido. Además, el resurgimiento generalizado de los PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España) pone de manifiesto cómo las economías del sur de Europa están superando las habituales adversidades de la última década.
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Factores clave de la recuperación económica
El liderazgo de España en el panorama económico de la OCDE se debe a una combinación de múltiples factores.
En primer lugar, y con un incremento del 3,5% de su PIB en 2024, España ha superado la media global de la OCDE, y se posiciona como una de las economías con mayor dinamismo. Solo Israel (6,7%) y Grecia (3,7%) están por delante, mientras que grandes economías como Alemania e Italia se mantienen rezagadas debido a la crisis energética.
Por otro lado, la tasa de desempleo se ha situado en el nivel más bajo desde hace una década (11,2%). Además, con un 2,4%, España mantiene una inflación por debajo de la media europea.
Finalmente, el consumo interno y la inversión están jugando un papel clave, para dinamizar la economía. El aumento del gasto privado, impulsado por la mejora del empleo y la confianza del consumidor, ha sido decisivo para el crecimiento del PIB. Además, el incremento de las licencias de construcción y la recuperación de proyectos clave están permitiendo sostener el crecimiento a largo plazo.
Desafíos estructurales y riesgos globales
A pesar del sólido desempeño económico de España en 2024, aún hay importantes retos que podrían afectar a su crecimiento a medio y largo plazo.
Déficit fiscal y deuda pública
La eliminación de las medidas de apoyo energético y el aumento de los ingresos fiscales podrían reducir el déficit fiscal. Sin embargo, el equilibrio de las cuentas públicas continuará siendo un desafío.
Por otra parte, con un 102,3% del PIB, la deuda pública sigue siendo una de las más altas de la Unión Europea. Este nivel de endeudamiento limita la capacidad fiscal del país en caso de futuras crisis económicas o eventos imprevistos.
Dependencia de socios comerciales en la recuperación económica
La desaceleración económica de varios de los principales socios comerciales, como Alemania o Francia, podría reducir la demanda de las exportaciones españolas. Los sectores como la automoción y el turismo son algunos de los más vulnerables.
Cambio climático y eventos extremos en la recuperación económica
Finalmente, los recientes episodios de inundaciones en la Comunidad Valenciana son un recordatorio de cómo el cambio climático puede afectar a las infraestructuras y actividades económicas.