Tradicionalmente, España ha sido un país muy dependiente del suministro exterior de energía. De acuerdo con los datos del Banco de España, el saldo de las exportaciones de empresas energéticas españolas del primer trimestre de 2019 presentó un déficit de 1.880 millones de euros, superando incluso el déficit de 1.124 millones, del mismo periodo en 2018.
Sin embargo, hay determinados ámbitos en los que el sector cuenta con oportunidad de crecimiento exterior.
PNIEC: Una nueva oportunidad en las energías renovables
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), presentado por España a la UE ha recibido una excelente acogida, a tenor del reciente informe publicado por la Comisión Europea.
Este plan energético ha destacado por su apuesta por una economía neutra en carbono para el año 2050. Incluye importantes medidas de descarbonización, eficiencia energética, innovación, seguridad de suministro y, por supuesto, inversión en energías renovables.
Precisamente, el aspecto de las energías renovables constituye una importante oportunidad para estimular la exportaciones de las empresas energéticas españolas, especialmente, en los países de nuestro entorno.
Según el citado plan energético, la cuota de energía procedente de fuentes renovables para 2030 es del 42% del total.
Se trata de un objetivo muy ambicioso que podría abrir las puertas a un proceso de exportación energética a aquellos países de la UE que quieran mantenerse fieles a los objetivos de descarbonización marcados, pero no logren producir suficiente energía limpia para atender su demanda interior.
Por supuesto, la consumación de esta hipótesis pasa por la aplicación de las medidas de eficiencia y seguridad energéticas previstas en dicho informe. De acuerdo con este documento, el objetivo es reducir la dependencia energética al 59% para 2030.
Por último, el borrador del plan prevé una inversión de 236.000 millones de euros, en el periodo comprendido entre 2021 y 2030. Esto representaría una inversión anual equivalente al 2% del PIB, de la cual el 20% tendría su origen en las arcas públicas.
Ciertamente, se trata de un plan muy ambicioso, que exige la colaboración del sector privado y del sector público.
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Liderazgo en exportación de energía eólica
El sector eólico es, sin duda, el gran líder nacional en producción de kilovatios de energía renovable.
La tecnología eólica está llamada a ser la gran protagonista de la etapa de transición energética que va a tener lugar en España y el resto de la UE.
Actualmente, el sector eólico cuenta con 23 gigavatios instalados, y excelentes previsiones de crecimiento.
Durante el periodo 2000-2010, disfrutó de un crecimiento en potencia instalada superior al 10% anual y, actualmente, es el quinto país con más potencia instalada del mundo, y el segundo de Europa, sólo por detrás de Alemania (con 56 gigavatios).
Además, es el cuarto exportador de aerogeneradores a nivel mundial, así como el sexto en titularidad de patentes eólicas.
Las oportunidades de comercio internacional, tanto en forma de know-how, como de maquinaria son más que evidentes.
Además, las condiciones climáticas del país son especialmente favorables, a la hora de convertir al sector en un suministrador neto de energía al resto de Europa.
El pasado invierno supuso un perfecto ejemplo de este escenario.
La ola de frío que afectó a gran parte del continente elevó notablemente los precios de la electricidad en los principales mercados europeos.
Sin embargo, el mercado ibérico MIBEL siguió contando con temperaturas suaves, al tiempo que le producción de energía eólica superaba récords históricos, según las estadísticas de Red Eléctrica Española.
Esta combinación permitió que España vendiese al resto de Europa a un precio de 60€/megavatio-hora, muy por debajo de los 80€/megavatio-hora que llegaron a superarse a finales de enero en los mercados del continente.
Crecimiento del sector energético en América Latina
Según las conclusiones extraídas en la III Cumbre Empresarial de las Américas, celebrada el año pasado en Lima, los países de América Latina y el Caribe necesitan incrementar su capacidad de generación eléctrica en un 70% , para el año 2030.
Sobra decir que esta región del mundo dispone de importantes recursos naturales que constituyen una excelente fuente de energía primaria. Además, América Latina produce el 20% de la hidroelectricidad generada en todo el planeta.
Sin embargo, los países de esta región necesitan acometer una importante inversión para mejorar el suministro energético, reducir las ineficiencias e incrementar la producción con fuentes de energía renovables.
De hecho, la mayoría de países de Centroamérica y el Caribe -con excepción de Costa Rica- son muy dependientes de la importación de derivados del petróleo.
Por otro lado, en Sudamérica, países como Venezuela, Paraguay y Brasil se apalancan fuertemente en la energía hidráulica. Sin embargo, la totalidad de la región tiene grandes deficiencias en energía eólica y solar.
En consecuencia, las empresas energéticas españolas tienen ante sí una excelente oportunidad de negocio, para desplegar su tecnología en estos países, cuya demanda energética no para de crecer.