Las recientes crisis geopolíticas y la incertidumbre económica han dejado una huella significativa en el comercio internacional. La recesión de 2023 recordó a las empresas exportadoras la inherente volatilidad de los mercados globales. Pese a ello, se prevé un posible repunte en las exportaciones en 2024, impulsado por la recuperación de los bienes manufacturados y el incremento de la demanda global.
Perspectiva global
En la reciente Allianz Trade Global Survey 2024, se recogen las opiniones de más de 3.000 empresas exportadoras de China, Francia, Alemania, Italia, Polonia, España, Reino Unido y Estados Unidos. El optimismo es la nota dominante entre las empresas exportadoras.
El 82% de las compañías encuestadas espera un incremento en su volumen de negocio exportador, con casi el 40% anticipando un aumento significativo de más del 5%. Además, el 80% de las empresas también prevé que los precios de exportación seguirán subiendo, lo que podría mejorar sus márgenes de beneficio.
Este optimismo global se debe en parte a la recuperación de los bienes manufacturados y al incremento de la demanda mundial. Sin embargo, también existe una creciente preocupación por los riesgos geopolíticos, la escasez de insumos y mano de obra, y los problemas relacionados con la financiación y el riesgo de impago.
Análisis de los principales riesgos para la exportación
La citada encuesta de Allianz Trade ilustra a la perfección las principales preocupaciones de las empresas que operan en el comercio internacional.
Geopolítica y proteccionismo
El 73% de las compañías considera que los riesgos geopolíticos y el proteccionismo son las amenazas más significativas para su actividad comercial en 2024.
Las tensiones comerciales, las sanciones económicas y los aranceles desmesurados pueden lastrar e incluso interrumpir las cadenas de suministro. Además, pueden llegar a limitar el acceso a ciertos mercados y aumentar los costes de los bienes y servicios de las exportaciones en 2024.
Escasez de insumos y mano de obra
El 31% de las empresas globales mencionan los riesgos relacionados con el transporte y el 28% destacan la escasez de insumos como una de sus principales preocupaciones.
Como se indicó, las empresas españolas se muestran aún más conscientes de este desafío (43%) dentro de las exportaciones en 2024. Esta escasez puede provocar retrasos en la producción, elevar los costes operativos y reducir la capacidad de las compañías para satisfacer la demanda internacional. Esta misma circunstancia generó también graves problemas logísticos, poco después de la crisis del coronavirus.
Financiación y riesgo de impago
El 20% de las empresas globales están preocupadas por los problemas de financiación, mientras que el 17% mencionan el riesgo de impago. En España, este porcentaje asciende al 39% de las empresas encuestadas.
Además, el 42% de los exportadores globales estima que los plazos de pago aumentarán, y el 40% augura un incremento del riesgo de impago, durante el presente ejercicio.
Conviene señalar que, a nivel global, el 55% de las empresas soporta períodos de pago superiores a 50 días. La posibilidad de que los clientes no cumplan con sus pagos a tiempo puede afectar negativamente el flujo de caja de las empresas, así como comprometer su capacidad para operar y expandirse en los mercados internacionales.
Las empresas deben implementar, por tanto, estrategias para gestionar este riesgo. Esto incluye la evaluación rigurosa de la solvencia de los clientes, el uso de seguros de crédito y la diversificación de su cartera de clientes. Aplicando estas estrategias se minimiza la exposición a posibles incumplimientos.
Optimismo de las empresas españolas
Por su parte, las empresas españolas muestran un optimismo aún mayor respecto al futuro de sus exportaciones en 2024. Según los datos de Allianz Trade, el 87% de las compañías encuestadas espera que su volumen de facturación exportadora aumente en más de un 2% en 2024, y un 41% de ellas anticipa un crecimiento superior al 5%.
Además, el 89% de las corporaciones prevé un incremento en los precios de los bienes y servicios que exportan, y un 34% de las mismas augura un aumento significativo.
Este pronóstico es importante, ya que sugiere una mejora en los márgenes de beneficio y una mayor capacidad para compensar los posibles incrementos en los costes de producción y transporte.
Este optimismo se debe a varios factores.
- En primer lugar, la recuperación de la demanda global está ganando tracción, impulsada por la estabilización de las cadenas de suministro y la normalización de los flujos comerciales.
- En segundo lugar, las empresas españolas han demostrado una notable resiliencia y adaptabilidad ante los desafíos recientes, lo que les permite aprovechar mejor las oportunidades que presenta el mercado internacional.
Estrategias ante los riesgos geopolíticos de las exportaciones en 2024
La volatilidad del mercado está llevando a las empresas a sopesar y adoptar estrategias de relocalización y diversificación.
Relocalización de cadenas de suministro
La creciente inestabilidad geopolítica y las tensiones comerciales están llevando a muchas empresas a reconsiderar la ubicación de sus cadenas de suministro. De hecho, el 53% está evaluando esta posibilidad para reducir la exposición a conflictos comerciales y sanciones económicas que pueden interrumpir el flujo de bienes y servicios.
En particular, el resultado de los próximos periodos electorales en países como Estados Unidos, que acumulan una gran parte del PIB mundial. Son un foco de incertidumbre, que podría recrudecer las guerras comerciales.
En España, aunque la reubicación de centros de producción no es la acción más común, las empresas sí están evaluando nuevas ubicaciones que ofrezcan mayor estabilidad política y mejores condiciones logísticas.
Diversificación y nearshoring
Otra estrategia clave para afrontar los riesgos geopolíticos es la diversificación de las cadenas de suministro. Al no depender de un solo proveedor o región, las empresas pueden reducir su vulnerabilidad a interrupciones específicas de las exportaciones en 2024. Por ejemplo, el 48% de los exportadores estadounidenses con centros de producción en China están considerando diversificar sus operaciones hacia países de Asia-Pacífico o América Latina.
El nearshoring, o la reubicación de operaciones más cerca del mercado final, es otra estrategia cada vez más popular. Esta práctica también reduce los costes de transporte y mejora la eficiencia logística. Las empresas europeas, están considerando mover sus operaciones a países vecinos dentro de la Unión Europea para beneficiarse de un entorno político más estable y una mejor infraestructura.
El papel de la inteligencia artificial en las exportaciones en 2024
La inteligencia artificial (IA) está transformando el comercio internacional de manera significativa. La implementación de técnicas de aprendizaje automático y análisis predictivo puede ayudar a las pymes a mejorar su eficiencia operativa, reducir costes y aumentar su competitividad en el mercado global.
Países como Polonia y China están a la vanguardia en la adopción de esta tecnología. El 79% de los exportadores polacos y el 81% de los chinos la consideran la herramienta digital más impactante para su desarrollo internacional.
La IA permite a las empresas optimizar sus procesos logísticos, mejorar la gestión de inventarios y prever la demanda con mayor precisión.
En España, las empresas también están comenzando a aprovechar sus ventajas, aunque todavía hay mucho camino por recorrer.
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Transición hacia un comercio más sostenible
Por último, cabe mencionar que la sostenibilidad se ha convertido en una prioridad para muchas compañías, pero los progresos son lentos. Según la encuesta de Allianz Trade, casi dos tercios de los encuestados planean reducir sus emisiones de CO2. Sin embargo, la reducción que estiman conseguir es de entre un 1% y un 5% en 2024, una cifra insuficiente para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas para 2050.
El 72% de los encuestados con responsabilidades sobre las cadenas de suministro también abordan temas relacionados con los criterios ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza). No obstante, solo el 27% considera que sus respectivas empresas han desplegado acciones ESG con un impacto relevante para su negocio.
Las medidas más comunes incluyen:
- La elección de logísticas más sostenibles (26%).
- El desarrollo de productos más sostenibles (25%).
- La mejora de la resiliencia climática de sus cadenas de suministro (23%).
La adopción de prácticas sostenibles puede mejorar la reputación de la empresa, atraer a inversores socialmente responsables y cumplir con las crecientes regulaciones medioambientales. No obstante, la implementación de estas prácticas requiere inversiones significativas y un cambio cultural dentro de las organizaciones.