Tras el Acuerdo de París, que entró en vigor en 2015, la OCDE y los países europeos se han comprometido a eliminar el carbón de sus sistemas energéticos antes del año 2030. Esta transición busca reducir las emisiones de carbono y contribuir a la mitigación del cambio climático, con el objetivo de proteger el medio ambiente y la salud pública.
Reino Unido y España: potencias industriales pioneras en el fin del carbón
Europa avanza rápidamente hacia el cierre definitivo de las plantas de carbón. Conviene señalar que Islandia, Suiza, Luxemburgo y Letonia ya habían eliminado sus plantas térmicas de carbón para el año 2010. Islandia lo hizo en 1950. Bélgica, por su parte, fue la primera en prescindir del carbón tras el Acuerdo de París, seguida de Suecia, Austria, Portugal, Noruega y Eslovaquia.
Sin embargo, si prestamos atención a las grandes potencias industriales europeas, Reino Unido y España han tomado la delantera en esta transición. El país anglosajón fue la primera de las potencias europeas en anunciar el fin del carbón, programado para 2024, tras más de un siglo de uso. España, por su lado, ha adelantado el cierre de sus plantas de carbón a 2025, impulsada por el crecimiento de las energías renovables y la caída del uso de carbón en su mix energético.
El caso de España: transición acelerada hacia energías limpias
Actualmente, el carbón representa menos del 1% de la producción energética en España. Gracias a esta circunstancia, el país ha decidido adelantar a 2025 el cierre de sus plantas, previsto originalmente para el año 2030.
Con el fin de paliar las consecuencias sociales y económicas en las regiones afectadas, se han definido diversos planes y proyectos sostenibles para la creación de empleos en el sector de las energías limpias. En Asturias, por ejemplo, se está desarrollando un hub de producción de hidrógeno, que fomenta el crecimiento económico y la innovación en la región.
Las últimas centrales de carbón activas ya han definido sus planes para cesar operaciones o adaptarse a nuevas tecnologías:
- Aboño: conversión a gas natural y proyectos de hidrógeno a partir de 2025.
- Soto de Ribera: enfocada en la producción de hidrógeno, con cierre completo en 2025.
- La Pereda: transformación para generar electricidad a partir de biomasa forestal.
- Los Barrios: conversión a hidrógeno verde a partir de 2026.
- Es Murterar: cierre previsto entre 2026 y 2027, cuando entre en funcionamiento el segundo cable submarino hacia las Islas Baleares.
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Hitos clave en Europa: países que han puesto fin al carbón
Como ya hemos indicado al comienzo, varios países ya han eliminado el carbón de su mix energético, y muchos otros han establecido fechas para cerrar sus plantas antes de 2030:
- Reino Unido finaliza su proceso en 2024.
- Irlanda y España prevén la eliminación total del carbón para 2025.
- Grecia cierra sus plantas en 2026.
- Francia y Hungría tienen previsto alcanzar este objetivo en 2027.
- Italia, Dinamarca y Países Bajos completan su transición antes de 2030.
Países europeos que prevén anunciar el fin del carbón después de 2030
Algunos países han fijado fechas de salida del carbón más allá de 2030, aunque la tendencia es adelantar estos plazos cuando sea posible:
- Alemania: aunque su meta oficial es 2038, contempla un posible adelanto a 2030, acorde con sus proyectos en energías renovables y autoconsumo.
- Bulgaria, por su lado, planea cerrar sus plantas entre 2038 y 2040.
- Eslovenia, Croacia y República Checa prevén la eliminación del carbón en 2033.
- Finalmente, Polonia se ha fijado un distante 2049 como fecha tentativa.
Estos plazos reflejan el compromiso de Europa con la transición energética, aunque con ritmos y prioridades diferentes según cada país.
Desafíos y compromisos pendientes en Europa
Para terminar, hay que recordar que algunos países europeos aún no han definido un plan concreto para abandonar al carbón como fuente de energía. Tal es el caso de Turquía, Bosnia-Herzegovina y Serbia, que no han anunciado compromisos específicos para dejar de usar este mineral. Hay que tener presente que estos países, dependientes en gran medida del carbón, afrontan desafíos adicionales para desarrollar una transición energética.
Para cumplir con el Acuerdo de París, es fundamental que todos los países europeos colaboren y aumenten sus esfuerzos en la reducción de emisiones. Una mayor cooperación internacional, una transición justa y sostenible, así como el intercambio de conocimientos y recursos resultan esenciales para acelerar la transición en los países que dependen del carbón.