En el contexto de la agricultura mundial, la ganadería extensiva ocupa un lugar especial, particularmente en países como España, donde las características únicas del clima y el suelo han dado forma a una tradición ganadera profundamente arraigada.
Nuestro país, conocido por sus vastos pastizales, ha desarrollado a lo largo de los siglos un sistema de ganadería extensiva que no solo es un modelo a seguir a nivel global, sino también un pilar fundamental en la conservación de sus ecosistemas.
La ganadería extensiva en España se distingue por su enfoque en el uso sostenible y respetuoso de los recursos zoogenéticos. Con 165 razas autóctonas, aunque muchas de ellas en riesgo de extinción, este sistema ha demostrado ser crucial para mantener un equilibrio socioeconómico, cultural y medioambiental.
La importancia de este modelo se refleja en el reconocimiento oficial por parte de Bruselas de aproximadamente 6 millones de hectáreas dedicadas al pastoreo. En este artículo, vamos a analizar cómo este modelo puede ser clave para la conservación de los ecosistemas.
Beneficios ecológicos de la ganadería extensiva en España
La ganadería extensiva apoya la biodiversidad y el equilibrio natural. A continuación, exploramos algunos de los aspectos más destacados de estos beneficios.
Mantenimiento de la biodiversidad
Al permitir que el ganado paste libremente en extensas áreas, se fomenta un entorno en el que diversas especies de flora y fauna pueden coexistir y prosperar. Este tipo de ganadería ayuda a preservar hábitats naturales para numerosas especies, incluyendo aquellas que son endémicas o están en peligro de extinción. Además, la diversidad genética del ganado autóctono, adaptado a condiciones locales específicas, enriquece el ecosistema y contribuye a su resiliencia.
Contribución de la ganadería extensiva a la salud del suelo
El pastoreo extensivo también tiene un impacto positivo en la salud del suelo. Los animales, al pastar, no solo consumen la vegetación, sino que también estimulan el crecimiento de nuevas plantas, ayudando a mantener un ciclo vegetativo saludable.
Además, sus desechos actúan como fertilizantes naturales, enriqueciendo el suelo con nutrientes esenciales, mejorando su estructura y capacidad para retener agua. Este proceso natural contribuye a la fertilidad del suelo a largo plazo, evitando la necesidad de insumos químicos artificiales.
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Control natural de especies invasoras
El ganado puede consumir plantas no nativas que, de otro modo, podrían dominar y alterar los ecosistemas locales. Este control natural ayuda a mantener el equilibrio ecológico y reduce la necesidad de intervenciones humanas, como el uso de herbicidas, que pueden tener efectos secundarios negativos en el medio ambiente.
Fomento de bosques y paisajes abiertos y diversificados
Finalmente, no hay que olvidar la importancia del mantenimiento de los bosques y paisajes abiertos. Estos son esenciales para muchas especies de fauna silvestre, proporcionando hábitats y corredores ecológicos, que facilitan su movimiento y supervivencia.
Además, estos paisajes abiertos son clave para la regulación del clima local y el ciclo del agua, ofreciendo espacios recreativos y estéticos valiosos para las comunidades humanas.
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El impacto en los ciclos de carbono de la ganadería extensiva
En segundo lugar, hay que destacar que la ganadería extensiva puede desempeñar un papel significativo en la mitigación de los efectos del cambio climático a través del secuestro de carbono y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Secuestro de carbono en pastizales
Al estar menos perturbadas por prácticas agrícolas intensivas, las zonas de pastizales mantienen una estructura de suelo saludable y rica en materia orgánica. Sus profundas raíces capturan el dióxido de carbono (CO₂) de la atmósfera, y lo almacenan en el suelo en forma de carbono orgánico.
Este proceso natural ayuda a reducir la concentración de CO₂ en la atmósfera, uno de los principales gases de efecto invernadero responsables del calentamiento global.
Reducción de emisiones de gases de efecto invernadero
Por otra parte, al evitar prácticas agrícolas intensivas, se logra reducir el uso de maquinaria pesada y fertilizantes sintéticos, ambos grandes emisores de gases de efecto invernadero. Además, un adecuado pastoreo puede minimizar la emisión de metano, producido por la fermentación entérica del ganado.
Por último, al rotar el ganado entre diferentes áreas de pastoreo, se evita la sobreexplotación del suelo y se promueve un crecimiento vegetativo más saludable, lo que a su vez puede reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
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Impacto en la conservación del agua y recursos hídricos
En tercer lugar, la ganadería extensiva también juega un papel crucial en la conservación de los recursos hídricos. Al alinearse con los procesos naturales, favorece un uso más sostenible del agua y contribuye a la prevención de la erosión y la mejora de la calidad del agua.
Este tipo de ganadería depende principalmente de fuentes naturales de agua, como manantiales y ríos. Esto, unido a prácticas de pastoreo que promueven la retención de agua en el suelo, previene la necesidad de riego artificial y ayuda a mantener el equilibrio de los ecosistemas acuáticos locales.
Por otro lado, no hay que olvidar que el pastoreo rotativo y controlado evita la sobreexplotación del suelo, lo que ayuda a mantener su estructura y a prevenir la erosión. Un suelo saludable y bien estructurado tiene una mayor capacidad para filtrar y retener agua, lo que reduce el escurrimiento superficial y mejora la calidad del agua en ríos y arroyos.
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Principales desafíos de la ganadería extensiva en España
A pesar de sus beneficios, no se puede pasar por alto que la ganadería extensiva tiene una menor productividad en comparación con los sistemas intensivos. Debido a que los animales se crían en condiciones más naturales y con menos insumos, la producción de carne, leche o lana puede ser menor por cabeza.
Esto se traduce en mayores costes de producción y precios más altos para los consumidores, lo que a su vez puede limitar la demanda de productos procedentes de este modelo ganadero.
Por otro lado, aunque la ganadería extensiva es beneficiosa para el medio ambiente, también puede tener impactos negativos si no se gestiona adecuadamente. Es crucial que los ganaderos y las autoridades implementen prácticas y regulaciones que aseguren un equilibrio entre las necesidades económicas de los productores y la protección del medio ambiente.
Cabe señalar que, a comienzos de año, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación expresó su voluntad de que la ganadería extensiva en España se mantuviese excluida de la Directiva de Emisiones Industriales. Asimismo, el Plan Estratégico Nacional de la Política Agrícola Común (PAC) incluye apoyos específicos para la ganadería extensiva, junto a el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), que asignará fondos para mejorar la gestión de estiércoles y purines en el campo.
En definitiva, la ganadería extensiva en España no solo representa una herencia cultural y económica valiosa, sino que también desempeña un papel crucial en la conservación de ecosistemas y la lucha contra el cambio climático. A pesar de los desafíos, las políticas y apoyos gubernamentales actuales reflejan un compromiso firme con este modelo sostenible.