La gestión de tesorería consiste en la optimización del flujo de caja, con el objetivo de garantizar que tu negocio dispone de los fondos necesarios para el desempeño de su actividad, es decir, el pago de los gastos de la empresa en la divisa y plazos comprometidos. La gestión de tesorería debe administrar los flujos de caja velando siempre por la rentabilidad y viabilidad de las operaciones comerciales. Por ese motivo, una buena gestión puede suponer la diferencia entre el éxito o el fracaso de un negocio, con independencia de que éste disfrute de un elevado nivel de ventas.
Por regla general, mantener un flujo de caja adecuado es relativamente sencillo en épocas de bonanza económica. Sin embargo, en el momento en que el mercado se contrae y los márgenes de beneficio se reducen, un buen flujo de caja puede garantizar la continuidad del negocio.
Como tener una buena gestión de tesorería
Con el fin de mantener la tesorería bajo control, el tesorero o director financiero debe desempeñar una serie de funciones:
Control de cobros
Sin lugar a dudas, el control de cobros es la piedra angular de la gestión de tesorería. Las ventas del negocio deben traducirse en entradas efectivas de dinero en el plazo más breve posible. Cada uno de los créditos comerciales concedidos por tu empresa, y que estén pendientes de cobro, deben ser supervisados de forma constante. Se ha de avisar anticipadamente al cliente deudor de la llegada de la fecha de vencimiento del crédito y, en caso de se produzca un impago, se ha de llevar a cabo la inmediata reclamación de aquel del mismo.
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Gestión de pagos
Una de las formas más eficaces de conservar liquidez es la financiación por parte de los proveedores. No obstante, los compromisos adquiridos por las compras a crédito deben atenderse en el plazo pactado. De lo contrario, el proveedor podría aplicar sanciones, reducir los límites de crédito e incluso interrumpir el suministro hasta que la deuda quede saldada.
Negociación de la financiación bancaria
Por descontado, la principal fuente de financiación para cualquier negocio es el préstamo y el crédito bancario. Con el fin de lograr las mejores condiciones, el responsable de la tesorería debe ser capaz de negociar con las entidades bancarias y financieras.
Para ello debe presentar un flujo de caja saneado, así como proporcionar toda la información que sea necesaria para la realización de un análisis de crédito preciso.
Gestión de tesorería en las condiciones bancarias
Con independencia de las condiciones pactadas con tu banco concernientes a los préstamos, cuentas y demás servicios contratados, es recomendable realizar comprobaciones periódicas al respecto.
Por un lado, es posible que la entidad bancaria opte por modificar las condiciones acordadas previamente y notifique dichos cambios a sus clientes. Si dicha notificación no es atendida adecuadamente, tu empresa podría tener que hacer frente a gastos imprevistos o pérdida de liquidez, debido a las alteraciones en los requisitos de financiación o utilización de otros productos financieros.
Hay que tener presente que las entidades bancarias utilizan procesos automatizados por sistemas informáticos. Si las condiciones pactadas han tenido un carácter extraordinario y no forman parte de los estándares de actuación del banco, un barrido informático podría borrar del sistema las condiciones pactadas.
Finalmente, tampoco se debe descartar un error informático o humano, que suponga una alteración no solicitada de las condiciones acordadas. Es por esto, que siempre es recomendable acudir a la Central de Información de Riesgos (CIR) del Banco de España. Contando con una base de datos que nos permite conocer los préstamos, créditos y avales que tengamos con las entidades financieras.
Realización del presupuesto de tesorería
El flujo de caja del negocio siempre ha de ser el resultado de una adecuada previsión de la tesorería. Es decir, se han de estimar las necesidades de liquidez de la empresa en el futuro, así como las entradas y salidas de efectivo.
Este cálculo se plasma en el presupuesto de tesorería, el cual permite tener una visión global de los futuros gastos e ingresos, así como de la posible necesidad de financiación, ya sea para solventar los gastos previstos, o bien para acometer las inversiones planificadas.
Gestión de coberturas de tipo de cambio y tipo de interés
Aquellas empresas que realizan operaciones de comercio internacional deben saber hacer frente a las fluctuaciones en los tipos de cambio de la moneda o divisa de sus clientes o proveedores. Si su acuerdo comercial implica el pago o cobro en una divisa extranjera, una alteración del tipo de cambio podría mermar sustancialmente el margen de beneficio.
Este riesgo de divisa debe gestionarse con las correspondientes coberturas, las cuales han de ser previstas y contratadas en el momento adecuado. Este tipo de cambio también puede afectar a tus clientes deudores, cuando estos deban pagarse en tu propia divisa. Si no han cubierto el tipo de cambio, una brusca fluctuación del mismo podría hacer que tengan dificultades para hacer frente a sus obligaciones de pago.
Por otro lado, los cambios en el tipo de interés de los préstamos solicitados por tu empresa pueden suponer un encarecimiento de la deuda y, por tanto, una reducción de la liquidez. Cada uno de estos escenarios debe estar previsto por el director financiero.
Contabilidad diaria
Por último, aunque no menos importante, el responsable financiero debe dejar constancia contable de todas las operaciones de tesorería que tienen lugar como consecuencia de la operativa diaria.
Seguro de crédito como instrumento de gestión de tesorería
La contratación de un seguro de crédito ofrece múltiples ventajas desde el punto de vista financiero. Estas son algunas de las más destacadas:
- Por un lado, permite ajustar con mayor precisión los límites de crédito concedidos a los clientes, reduciendo las probabilidades de que se produzca un impago.
- Por otra parte, también permite proteger la tesorería en caso de que dicho impago tenga lugar, dado que el seguro compensará las pérdidas con la correspondiente indemnización.
- Finalmente, también contribuye a mejorar la salud financiera del negocio frente al escrutinio de las entidades financieras. Dado que tu empresa tiene protegida su tesorería frente a impagos, su nivel de solvencia es también mayor.