De acuerdo con el ICEX, los servicios no turísticos representan el 7,1% del PIB, así como el 16% de las exportaciones españolas. Se trata de datos pertenecientes al año 2022, a la espera de contar con cifras de cierre del presente ejercicio.
Por servicios no turísticos se entienden los sectores financieros, de construcción, transporte, telecomunicaciones o informática. Este conjunto de sectores no solo ha emergido como un pilar crucial en la economía española, sino que son una clara muestra de la diversificación económica del país y su integración en la economía global.
Evolución histórica de los servicios no turísticos
Desde 1995, el sector de servicios no turísticos en España ha experimentado un crecimiento exponencial. En aquel entonces, su contribución al PIB era de un modesto 2,4%, según datos del Banco de España. Sin embargo, en las últimas tres décadas, este porcentaje se ha triplicado, lo que refleja no solo un cambio en la dinámica económica del país, sino también una adaptación a las tendencias globales y a la demanda interna y externa.
Este crecimiento ha sido particularmente notable tras la pandemia de COVID-19, cuando el sector creció casi un 50% entre 2020 y 2022. Esto le ha permitido superar en más de un 20% su nivel previo a la crisis sanitaria.
Al comparar este crecimiento con el sector turístico, se observa una tendencia interesante. Mientras que las exportaciones de bienes y servicios turísticos han mostrado cierta volatilidad y dependencia de factores externos, los servicios no turísticos han mantenido una trayectoria de crecimiento constante y robusta.
Este fenómeno podría indicar un cambio estructural en la economía española, donde la exportación de servicios basados en el conocimiento y la tecnología están ganando terreno. Esto supondría una contribución significativa a la estabilidad y resiliencia económica del país.
Análisis de los sectores clave
Como hemos mencionado al comienzo, el concepto de “servicios no turísticos” abarca una diversidad de sectores, cada uno contribuyendo de manera única al PIB y a las exportaciones del país.
Según un informe de CaixaBank Research, los servicios empresariales, que incluyen consultoría y gestión, lideran con un 34% del total de ingresos no turísticos. Seguidos de cerca por los servicios de transporte, que representan el 26%, esenciales en un mundo cada vez más interconectado.
Por su parte, los servicios de telecomunicaciones e informática, con un 16%, reflejan la creciente importancia de la tecnología y la comunicación en la economía actual.
Por el contrario, los sectores de la construcción, el mantenimiento y las reparaciones han cedido parte de su anterior protagonismo.
Finalmente, hay sectores que han mostrado un ritmo de crecimiento exponencial. Tal es el caso de:
- Los servicios de propiedad intelectual, que han visto un aumento del 300% desde 2014.
- Los servicios personales, culturales y recreativos, que han acumulado un crecimiento del 121% desde ese mismo año.
Factores impulsores del crecimiento de los servicios no turísticos
La respuesta al crecimiento de los servicios no turísticos en España podrá encontrarse en varios factores clave. Para empezar, la digitalización ha sido un motor fundamental, pues ha facilitado la exportación de servicios y ha permitido a las empresas españolas competir en mercados globales. Este proceso ha sido acelerado por la pandemia, que ha impulsado la transformación digital, en todos los sectores.
En segundo lugar, la globalización también ha jugado un papel crucial, abriendo nuevos mercados y oportunidades para las empresas españolas. La capacidad de ofrecer servicios a nivel mundial ha sido una ventaja competitiva, especialmente en sectores como la consultoría y las TIC.
Además, los cambios en las pautas de consumo y producción han influido en el crecimiento de estos servicios. La demanda de soluciones digitales, servicios personalizados y productos basados en el conocimiento ha aumentado significativamente.
En conjunto, estos factores han contribuido a un cambio estructural en la economía, diversificando las exportaciones y reduciendo la dependencia de sectores como el turismo y la exportación de bienes.
Impacto de la pandemia y recuperación económica
La pandemia de la COVID-19 ha tenido un impacto significativo en la economía global, pero los servicios no turísticos en España han demostrado una notable resiliencia. Durante el periodo más crítico, mientras sectores como el turismo se vieron gravemente afectados, los servicios no turísticos lograron no solo mantenerse, sino también crecer.
En el proceso de recuperación económica postpandemia, estos servicios han jugado un papel crucial. Según datos del Banco de España, los servicios no turísticos crecieron alrededor del 50% en el periodo 2020-2022.
Este crecimiento ha sido fundamental para la recuperación de la economía española, aportando estabilidad y generando nuevas oportunidades de empleo y negocio.
Comparativa internacional
En el contexto europeo, España destaca como una de las economías más abiertas de la Unión Europea. La expansión y diversificación de los servicios no turísticos han colocado a España en una posición competitiva frente a otras economías del viejo continente.
Según datos del ICEX, el número de empresas exportadoras en España ha aumentado en un 30% en la última década, lo cual evidencia una mayor apertura y competitividad en el mercado global.
Comparativamente, España ha mostrado un crecimiento más acelerado en la exportación de servicios no turísticos que otros países europeos. Mientras que en la Unión Europea el crecimiento de estos servicios ha sido del 10%, en España ha alcanzado un 33,9%. Este aumento se debe en parte a la internacionalización de las empresas españolas y a su capacidad para adaptarse a las demandas del mercado global, aprovechando ventajas como los costes laborales competitivos y la digitalización avanzada.
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Claves del crecimiento futuro para los servicios no turísticos
A pesar de la incertidumbre económica y la desaceleración en los principales mercados internacionales, se espera que los sectores no turísticos mantengan su tendencia de crecimiento.
La clave radica en la capacidad de adaptación y la innovación constante. En este caso, las empresas españolas deben enfocarse en estrategias que les permitan mantener su competitividad en el mercado global. Esto incluye la inversión en tecnología y digitalización, la diversificación de mercados y servicios, y la mejora continua en la eficiencia y calidad de los servicios ofrecidos.
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Además, es crucial que las empresas estén atentas a las tendencias globales, junto a los cambios en los patrones de consumo y producción, para así poder anticiparse y adaptarse rápidamente.
Papel de la Administración pública y políticas de apoyo
Por su lado, el Gobierno y los agentes públicos juegan un papel fundamental en el apoyo y fomento del sector de servicios no turísticos. Una de las principales estrategias desplegadas es el impulso de los fondos Next Generation, que se centran en la digitalización y la sostenibilidad, dos pilares clave para el desarrollo de los servicios no turísticos.
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Además, la Administración pública y el Gobierno trabajan en la promoción de la internacionalización de las empresas a través de programas de apoyo como los ofrecidos por ICEX.
En conclusión, el sector de servicios no turísticos en España ha demostrado ser un motor vital para la economía, con un crecimiento sostenido y una amplia habilidad para la adaptación. Todo esto demuestra la gran capacidad para competir dentro del mercado global por parte de las empresas españolas que, a través de la innovación y la digitalización, están dando un gran salto a nivel económico.