De acuerdo con los indicadores del Instituto Nacional de Estadística, la cesta de la compra se encareció un 13,8 % durante el mes de agosto, muy por encima de la inflación general. De hecho, esta subida de precios del grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas supone el máximo alcanzado en un mes de agosto desde el año 1994.
Por su parte, la Organización de Consumidores (OCU) detectó un incremento del 15 % en la cesta de la compra, de forma homogénea en todas las cadenas de supermercados y en el 95 % de los productos.
Sin margen en el sector de la distribución
Según la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (ANGED), los grandes supermercados operan con márgenes de entre el 1 % y el 2 %. En esas circunstancias, se requiere el máximo nivel de eficiencia en toda la cadena logística.
Sin embargo, el incremento de los costes ha sometido al sector a una fuerte presión, que se ha terminado trasladando en los precios. Los costes de la energía, la materia prima y la producción se han caracterizado por una creciente inflación durante la mayor parte del año.
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222 € más de gasto anual en la cesta de la compra por persona
Teniendo en cuenta este escenario inflacionista, cabe preguntarse cuál es el impacto para el consumidor. El último informe de Consumo Alimentario, publicado por el Ministerio de Agricultura, cifró en 1.610,30 euros el gasto medio anual en alimentos por persona durante el año 2021. En consecuencia, el citado incremento de los precios del 13,8 % supone elevar dicho gasto en 222,2 euros por cada miembro de la familia.
Mayor encarecimiento en España que en la zona euro
El informe “El aumento de los precios de las materias primas alimenticias y su traslación a los precios de consumo en el área del euro”, publicado por la Dirección General de Economía y Estadística de Banco de España, ha revelado que el precio de los alimentos representa el 17 % de la inflación en el conjunto de la zona euro. Sin embargo, en el caso de España, el peso del encarecimiento de los alimentos supone hasta el 22 %.
El citado informe ofrece algunos ejemplos comparativos. Durante el mes de junio, el precio del aceite en España experimentó un incremento del 37 % interanual. Por su parte, los cereales, el café, los lácteos y huevos y la carne lo hicieron un 16 %, 11 %, 16 % y 10 % respectivamente. No obstante, en el caso de la zona euro, el precio del aceite aumentó un 29 %, mientras que los cereales, el café, los lácteos y huevos y la carne tuvieron un alza del 1 1%, 11 %, 12 % y 12 % respectivamente.
Cambio de hábitos de los consumidores
Semejante aumento del coste de la cesta de la compra está obligando a que los consumidores adopten medidas de ahorro en múltiples variantes.
Auge de la marca blanca y búsqueda de ofertas
Los precios se están incrementando de forma generalizada, incluso entre las marcas blancas. No obstante, estas últimas siempre funcionan como refugio durante un periodo de crisis. Es más, la fidelidad de marca ha caído notablemente. De hecho, desde el comienzo de la pandemia, el 45 % de los consumidores ha cambiado sus marcas habituales.
Además, debido a la imposibilidad de renunciar a los productos básicos, los consumidores acuden a promociones y ofertas más competitivas. Así lo corrobora la consultora Nielsen IQ, que ha identificado que el 15 % de las ventas se canalizan con este medio.
Cabe destacar que las ofertas tienen incluso más protagonismo en el consumo de indulgencia. Los productos que no son de primera necesidad se han visto más penalizados por la inflación. En consecuencia, las promociones están jugando un papel fundamental para mermar la caída del consumo.
Compras menores y más frecuentes
Con el fin de controlar mejor el gasto, los consumidores optan por reducir el importe de cada una de sus compras. La consultora Nielsen ha detectado un incremento del 5 % en las ocasiones de compra, caracterizadas sin embargo por un importe más reducido.
Los consumidores distribuyen así el total de la compra mensual en un mayor número de visitas al supermercado.
Reducción y optimización del consumo en el hogar
Finalmente, muchas familias se ven obligadas a limitar la ingesta alimentaria. De acuerdo con la consultora Kantar, la tendencia del plato único se da en el 52,4 % de las comidas.
Se trata del mayor nivel registrado desde el año 2020. Además, el desperdicio de alimentos también se ha reducido en un 12,3 % en los últimos 12 meses.
Durante el primer trimestre, la inflación contribuyó a un incremento de la facturación del sector del gran consumo. Sin embargo, seis meses después, los consumidores dan muestras de agotamiento frente a un futuro todavía incierto.
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A modo de conclusión, sirva destacar que, de acuerdo con la firma McKinsey, la inflación es el principal motivo de preocupación para el 47 % de los consumidores. Además, el 67 % se muestra pesimista respecto a la evolución de la situación actual.