De acuerdo con la Asociación Europea de Proveedores de Automóviles (CLEPA), el sector de automoción en Europa supone el 37% de la demanda de microchips. Ahora, el sector se encuentra en crisis.
La escasez mundial de chips semiconductores se ha convertido en uno de los grandes fenómenos económicos del año. Lejos de mejorar, la situación está perjudicando a múltiples sectores; en especial, al de la fabricación de automóviles.
Los fabricantes se ven obligados a reducir turnos de producción para evitar cuellos de botella en sus procesos.
Principales fabricantes afectados en España
La escasez de microchips está afectando prácticamente a todos los grupos automovilísticos que cuentan con producción en España.
La fábrica de Seat en Martorell (Barcelona) ya tuvo que declarar un ERTE a finales del pasado diciembre, debido a la escasez de componentes.
La factoría de Volkswagen, en Landaben (Navarra), también se ha visto afectada.
Durante el primer semestre del año, las plantas de Renault en Valladolid, y Ford en Almussafes (Valencia), también han frenado parte de la actividad en sus plantas.
Y en el pasado mes de agosto, la fábrica de Opel en Figueruelas (Zaragoza), del grupo Stellantis, también ha tenido que cancelar turnos de producción, en las líneas encargadas de la instalación de los semiconductores.
Las consecuencias de esta paralización parcial del sector incluyen:
- La reducción de la producción de miles de nuevos vehículos. Tan solo en la planta de Figueruelas, se han dejado de producir entre 65.000 y 70.000 coches, en los primeros seis meses del año.
- ERTE para cientos de empleados de las plantas, y la afectación de miles de puestos en las industrias auxiliares.
Sector automovilístico afectado a nivel mundial
Por descontado, las fábricas españolas no han sido las únicas que se han visto perjudicadas por la escasez de componentes electrónicos. Audi ha declarado un ERTE en Alemania, Volkswagen y Toyota han tomado la misma medida en Japón, y General Motors ha parado su planta de Illinois en Estados Unidos.
Previsión de recuperación del mercado
Aún no está claro cuándo se podrá restaurar el normal abastecimiento de microchips en el mercado. Hace escasos meses, el consejero delegado de Renault, Luca De Meo señaló la segunda mitad de 2021 como un periodo de estabilización. Sin embargo, el grupo Wolkswagen AG se ha mostrado menos optimista.
La Federación de Empresarios del Metal de Zaragoza, por ejemplo, estima que la situación se prolongará hasta 2022. Y proveedores como Intel ya apuntan a 2023, como el año de salida de esta crisis en la cadena de suministro.
Causas de la escasez mundial de microchips
La industria de los microchips se vio paralizada junto al resto del tejido industrial, durante las medidas de confinamiento y control de la pandemia del coronavirus. Una vez la producción fue reactivada, la capacidad de producción de los principales fabricantes no ha dado abasto para satisfacer al mercado.
Multiplicación de la demanda
A la reactivación de la economía mundial, se ha unido el fenómeno del teletrabajo y el incremento en la demanda de ordenadores, videoconsolas y teléfonos móviles, entre otros productos electrónicos.
Los hábitos de los consumidores se han transformado, y las actividades dentro del hogar a través de Internet han ganado una gran notoriedad.
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El resultado ha sido un incremento en la demanda de productos electrónicos en todos los segmentos.
Producción automovilística just in time
El sector de la automoción opera con márgenes muy reducidos. Con el objetivo de minimizar sus costes, su stock se rige bajo el principio just in time (justo a tiempo). Básicamente, solo adquieren el stock en el momento necesario para la producción.
Ahora que la demanda se ha recuperado, se han encontrado con la incapacidad de los proveedores para hacer frente a los pedidos.
Encarecimiento y colapso del transporte marítimo
Por otra parte, no hay que olvidar que los precios del flete marítimo se han disparado desde el año pasado. Esto ha contribuido a encarecer y dificultar el abastecimiento de componentes, cuando ha sido posible transportarlos.
De hecho, la reducción de la flota, llevada a cabo por las navieras tras la pandemia, ha dado lugar a problemas de disponibilidad de transporte, que aún no se han solucionado.
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Guerra por la cadena de producción y las materias primas
La pandemia puso de relieve la vulnerabilidad de la cadena de suministro de múltiples sectores e industrias europeos. Gran parte de la producción de componentes y materias primas está deslocalizada en Asia, lo que sitúa al resto de empresas mundiales en una posición de dependencia logística.
Durante el año pasado, se reabrió el debate en torno a la conveniencia de recuperar parte de la producción. Ahora, tras la crisis de los semiconductores, la Unión Europea se ha planteado el objetivo de recuperar el 20% de la fabricación de semiconductores, para el año 2030.
Se va a destinar un total de 800 millones de euros, con el objetivo de incentivar a proveedores asiáticos y norteamericanos, para que instalen sus fábricas en el Viejo Continente.
El mercado de semiconductores para la fabricación de automóviles podría multiplicarse por cuatro en los próximos veinte años. Esto supondrá una facturación de 200.000 millones de euros en 2040, sin incluir las partidas para infraestructuras de recarga o conectividad.