El flujo de caja o cash flow es el informe financiero en el que se reflejan los flujos de ingresos y egresos de dinero que experimenta una empresa en un lapso de tiempo determinado.
La diferencia resultante de dichas entradas y salidas efectivas de dinero se denomina saldo o flujo neto y se trata de uno de los mejores indicadores de la liquidez de una empresa.
Lectura recomendada:
Para qué se utiliza el flujo de caja
Conviene tener presente que, en el flujo de caja, no se reflejan las ganancias o las pérdidas, propias de una cuenta de resultados, sino la entrada y salida real de efectivo.
Una correcta gestión y proyección del flujo de caja permite mantener la liquidez de la empresa en positivo y, por tanto, tomar decisiones claves tales como:
- Cuánta mercancía se puede comprar.
- La determinación de los costos fijos y variables, así como el margen de contribución requerido en el proceso productivo, para alcanzar el punto de equilibrio.
- La anticipación de un futuro déficit de efectivo y la consiguiente necesidad de financiación.
- La necesidad de comprar a crédito o bien realizar las compras al contado.
- La posibilidad de vender a crédito o limitarse a vender cobrando al contado.
- El establecimiento del límite de crédito concedido a los clientes.
- El pago de las deudas en su fecha de vencimiento o la refinanciación de estas.
- La creación de una base que soporte el requerimiento de préstamos o créditos, y su justificación en la presentación de un plan de negocio.
- La realización de nuevas inversiones.
Evidentemente, la adopción de cada una de estas decisiones en un sentido u otro, afecta a la evolución del negocio y su cuenta de resultados.
Modelos de gestión del flujo de caja de tu empresa
La gestión del flujo de caja permite ordenar y controlar los ingresos y gastos de un negocio, para garantizar la liquidez y consiguiente viabilidad de la actividad y proyectos de un negocio.
Ahora bien, existen diferentes modelos de flujo de caja. Cada uno de ellos refleja información distinta respecto a la viabilidad de la actividad:
- Flujo de caja de operaciones, el cual se refiere a los ingresos y gastos como parte de la actividad normal de la empresa.
- Flujo de caja de inversión, que se refiere a las inversiones realizadas y de las que se espera conseguir un futuro beneficio.
- Flujo de caja financiero, referido a las operaciones tales como contratación y pago de préstamos, compra venta de acciones y demás operaciones relacionadas con el dinero de la empresa.
Claves para la gestión del flujo de caja
Con el fin de disponer de un saludable flujo de caja es recomendable adoptar una serie de pautas de gestión:
Previsión del flujo de caja
Los cambios positivos y negativos en la tesorería de la empresa deben ser analizados, para tomar las decisiones oportunas.
- En el caso de que se produzca un retroceso en la liquidez, se debe detectar el origen para resolverlo en la medida de lo posible.
- En el caso de que tenga lugar un fortalecimiento de la misma, debería ser aprovechado para ampliar la actividad o abordar nuevos proyectos.
Seguimiento de los cobros y los pagos
Este seguimiento evita los retrasos tanto en el pago de las facturas, como en el cobro a los clientes.
Racionalización del apalancamiento financiero
Conocer la verdadera capacidad de endeudamiento de la empresa, así como sus necesidades reales de financiación lo que permite controlar los gastos financieros y extraer la máxima rentabilidad de estos.
Hay que tener presente que toda inversión requiere un tiempo de maduración antes de comenzar a resultar rentable. El control del flujo de caja financiero garantiza que la empresa tendrá la capacidad para hacer frente al pago de sus préstamos, hasta que llegue ese momento.
Control de gastos
En ocasiones, puede ser necesario limitar o eliminar gastos innecesarios que están mermado la liquidez e incluso podrían obligar a incrementar el endeudamiento de la empresa.
Control de las existencias
Finalmente, el control del inventario evita la pérdida de materias primas o la compra prematura de existencias.
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Tal y como hemos señalado, uno de los grandes retos en la gestión del flujo de caja es la venta a crédito y el consiguiente control de los cobros en el debido plazo.
En el caso de que se produzca un impago incobrable, el flujo de caja de tu empresa puede verse afectado y, con él, la cuenta de resultados.
El seguro de Crédito constituye una herramienta financiera clave para minimizar ese riesgo y evitar el perjuicio económico para tu empresa.
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