El precio de los alimentos es aún uno de los principales factores inflacionistas en la economía española. Sin embargo, y según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el pasado mes de febrero la inflación de alimentos en la cesta de la compra se ha reducido 6 décimas respecto a comienzos de año. Además, ha consolidado una tendencia a la baja que se inició en marzo de 2023.
Esta moderada evolución de los precios se debe a la deflación en los costes agrícolas, el descenso en los precios de las legumbres, hortalizas y carne, así como una inflación contenida en otros alimentos básicos, como el pan, la fruta y los cereales.
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Se trata de una evolución alentadora, sobre la que aún se ciernen algunas sombras:
- Por un lado, el precio del aceite de oliva sigue al alza y su techo aún parece bastante lejano.
- Por otro lado, está previsto que la reducción del IVA de los alimentos básicos finalice al final del trimestre, por lo que julio podría protagonizar una nueva subida de los precios, en la inflación de alimentos.
En cualquier caso, esta reducción ha influido positivamente en la inflación general, que se ha situado en el 2,8%. Se trata del valor más bajo desde agosto de 2023, y se acerca al objetivo del 2% del Banco Central Europeo.