Las estimaciones de producción de la campaña 2017-2018 del sector oleícola apuntan a un ligero retroceso respecto a la campaña anterior, con 1.250.000 toneladas, frente a 1 281.950 toneladas del 2016-2017. El stock final acumulado se sitúa en 190.000 toneladas.
Estas estimaciones colocan a España en una posición similar a la de Turquía (190.000 toneladas) en términos de producción de aceite de oliva, por debajo de Italia (270.000 toneladas), Grecia (270.000 toneladas) y Túnez (250.000 toneladas), así como por encima del resto de principales países productores; a saber Portugal, Siria y Marruecos.
Retos del sector del aceite de oliva en España
El extenso conocimiento del cultivo tradicional del aceite de oliva, en combinación con el uso de las nuevas tecnologías, son dos de los ingredientes clave que han permitido a la industria oleícola española convertirse en uno de los principales productores mundiales de aceite de oliva del mundo.
Sin embargo, este sector debe afrontar numerosos retos, si aspira a mantener su posición privilegiada de liderazgo y contribuir a la generación de riqueza y bienestar social.
- Incremento de la competitividad de las explotaciones olivareras.
- Mejora de las relaciones entre el sector y el territorio, con el fin de velar por la sostenibilidad de los cultivos y la diversificación de los recursos.
- Impulso de la internacionalización del sector, con una estrategia de posicionamiento de calidad dentro de los principales mercados de consumidores.
- Apoyo a la innovación en general y, en particular, a la bioeconomía y la economía circular.
- Transformación digital del sector, fenómeno que también ha sido acuñado como “smart oleagro”.
Oportunidades del comercio exterior como necesidad estratégica para el sector oleícola
El crecimiento del sector oleícola español dentro de los mercados internacionales pasa por la adopción de una serie de planteamientos estratégicos.
Concentración estratégica de la oferta
Por un lado, es necesario incentivar la concentración de la oferta, evitando la atomización propia de otros sectores agroalimentarios. Para ello, se ha de favorecer:
- Las fusiones empresariales.
- La incorporación de las cooperativas de primer grado a cooperativas de segundo grado.
- La creación de empresas mercantiles fruto de la unión de otras empresas, y que favorezcan la integración vertical dentro de la cadena de valor.
- La consolidación de alianzas estratégicas entre las empresas que conforman la cadena de valor, para poder así acceder a otros mercados.
- Los requisitos propios de los mercados internacionales suponen una importante barrera para la actividad internacional de las tradicionales empresas cooperativas de producción de aceite de oliva.
En consecuencia, se debe favorecer tanto la integración vertical como horizontal de todas estas pequeñas empresas, con el fin de crear entidades con mayor capacidad de negociación y producción de cara a satisfacer la demanda de los mercados internacionales.
Estudio de mercado y desarrollo de estrategias de marketing
Por motivos semejantes a los expuestos en la sección anterior, el conocimiento de los mercados exteriores que tienen las pequeñas empresas olivareras es demasiado reducido.
Eso no hace sino incrementar los riesgos en las operaciones de comercio internacional, debido al escaso conocimiento de los riesgos, así como de la solvencia financiera de los posibles clientes.
Así mismo, la coordinación en las estrategias y campañas de marketing no solo puede generar sinergias que favorezcan la reducción de costes y competitividad del sector oleícola, sino que también puede reforzar la marca España, y con ella, el comercio internacional de todo el sector agroalimentario.
Lectura recomendada:
Sector agroalimentario español entre los principales exportadores mundiales
Entre las medidas para favorecer este conocimiento de los mercados y la actuación conjunta, cabe señalar las siguientes:
- Inversión en análisis de los mercados actuales y potenciales del aceite de oliva.
- Ampliación de la gama de productos, contribuyendo así a una mejor adaptación a la demanda de los consumidores y los hábitos de compra.
- Segmentación de los mercados en función del tipo de mercado y perfil de consumidor.