La energía solar fotovoltaica está experimentando una excelente recuperación.
El cambio normativo en 2008 y la retirada de incentivos a las energías renovables supuso el inicio de un periodo de ralentización, que alcanzó su culminación con la aprobación en 2015 de los peajes de respaldo, también conocidos como “impuesto al sol”.
Sin embargo, tras estos años de incertidumbre, los Reales Decretos 15/2018 y 244/2019 han supuesto un cambio de rumbo favorecedor.
En primer lugar, se procedió a la derogación de los mencionados peajes de respaldo. Así mismo, se han reducido las trabas burocráticas para el desarrollo del sector.
De hecho, el pasado mes de julio, España batió su récord de producción de energía solar, superando los 945 GWh. Además, durante el primer semestre del año, se superó el récord histórico de generación eléctrica, con un total de 2.801 GWh.
Factores de crecimiento del sector en España
En 2018, la potencia instalada se incrementó en un 94% respecto al año anterior, gracias a la instalación de un total de 261,7 MW.
Según las cifras de REE (Red Eléctrica de España), la energía solar fotovoltaica acumula una potencia instalada de 5.817 MW.
Además, hay motivos para augurar un crecimiento continuado del sector en España.
Si las previsiones son acertadas, este sector podría unirse al de la energía eólica, como uno de los grandes pilares del abastecimiento energético nacional mediante energías renovables.
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Desarrollo del autoconsumo
La instalación destinada al autoconsumo se está convirtiendo en uno de los motores del sector. No en vano, está previsto que 2019 se cierre con una instalación de 400 MW de autoconsumo.
Las instalaciones para uso agrícola tienen un gran protagonismo en este ámbito. Según la UNEF (Unión Española Fotovoltaica), el 25% de las instalaciones de autoconsumo se destinan a esta actividad.
Por otro lado, el impulso de la edificación sostenible se ha convertido en uno de los principales argumentos para el despliegue de instalaciones compartidas entre diferentes inmuebles.
Reducción de los costes
De acuerdo con el último informe publicado por el Fraunhofer Institute for Solar Energy Systems, el desarrollo tecnológico de la última década ha permitido reducir los costes del sector en un 95%.
En consecuencia y según las cifras de la UNEF, el coste de la inversión de una instalación industrial de 50 kW se recupera en un plazo de cinco años.
Esto supone un plazo de recuperación inferior al de otras fuentes de energía, por lo que el atractivo de la tecnología fotovoltaica ha aumentado notablemente.
Por otro lado, la nueva regulación, que ha eliminado los anteriores gravámenes, y la proliferación de baterías de almacenamiento de energía más baratas también han contribuido a allanar el camino.
Plan Nacional de Energía y Clima
Según el informe, “Solar Power Europe’s Global Market Outlook 2019-2023”, España va a ser uno de los países europeos que más potencia fotovoltaica procederá a instalar durante los próximos años.
No en vano, el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima) prevé una inversión de 28.000 millones de euros en el sector, durante el periodo 2021-2030.
El objetivo es instalar en España un total de 3 GW anuales de potencia fotovoltaica, para alcanzar los 28.000 MW de potencia al final del periodo.
Principales retos del sector
Aunque el sector de la energía fotovoltaica en España está disfrutando de un repunte muy esperanzador, sus cifras de crecimiento están aún por debajo de las de otros países de su entorno, como Alemania (que instaló 3 GW), u Holanda (un total de 1,5 GW).
Necesidad de una nueva normativa
Una de las habituales demandas del sector es la de la aprobación de una regulación específica para la concesión de puntos de conexión.
Además, también se reclama una estructura de tarifa eléctrica, adaptada a la transición ecológica, y más favorable para los consumidores.
Limitaciones técnicas
El pasado mes de septiembre, REE anunció que 26,3 GW de energías renovables (20,5 GW, correspondientes a la fotovoltaica) no habían obtenido el permiso de acceso y conexión. Los motivos esgrimidos fueron:
- La falta de capacidad en el nudo solicitado.
- La ausencia de planificación, en la subestación donde se solicita el acceso.
En definitiva, la red eléctrica nacional presenta síntomas de saturación, por lo que se necesitan nuevos puntos de conexión, así como nuevas subestaciones o la ampliación de las ya construidas.
Para ello, será necesario abordar la nueva planificación energética del periodo 2021-2026, en la que el operador del sistema ya ha comenzado ha trabajar, junto al Gobierno y las comunidades autónomas.