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Las regiones de la industria automotriz piden una transición ecológica justa

Industria automotriz

Cuando en el año 2019, los países europeos aprobaron el Pacto Verde, establecieron una serie de objetivos en términos de movilidad sostenible e inteligente:

  • Crear una estrategia de movilidad neutra.
  • Financiar el despliegue de una infraestructura de recarga pública y puntos de abastecimiento o repostaje de combustible.
  • Evaluar las opciones legislativas para fomentar la producción y oferta de combustibles alternativos sostenibles.
  • Revisar la Directiva de transporte combinado y la de infraestructura de combustibles alternativos.
  • Endurecer la normativa de emisiones de contaminantes atmosféricos para vehículos con motor de combustión.

A lo largo de los dos últimos años, se han realizado importantes avances legislativos y la movilidad sostenible se ha abierto camino en la Unión Europea. Sin embargo, el sector y las regiones fuertemente dependientes de la industria del automóvil deben afrontar grandes desafíos.

Transición ecológica durante la crisis de la industria automotriz

En primer lugar, la crisis provocada por la pandemia del coronavirus ha sometido al sector del automóvil a una gran presión. A finales de 2020, tan solo en España, la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto) estimó una caída de la facturación anual de 2.500 millones de euros.  

Además del cese generalizado de buena parte de la actividad económica mundial y la correspondiente caída de la demanda, se asistió a la rotura de la cadena de suministro. Asimismo, el modelo de abastecimiento just in time no era compatible con las restricciones logísticas y de movilidad comercial impuestas en ese momento.

En consecuencia, durante buena parte de 2021, los cuellos de botella en el transporte internacional han reproducido el desabastecimiento que se vio durante el ejercicio anterior.

En semejante contexto, cabe preguntarse cuál es la capacidad de la industria automotriz para recuperarse y hacer frente a los nuevos retos de movilidad sostenible. 

En el último informe sobre Comercio Mundial “Global Trade Report”, publicado por Euler Hermes, se estima que el sector de la automoción no logrará recuperar los niveles de exportación previos a la pandemia hasta el año 2023.

Reclamación de las zonas industriales en el COTER

Los líderes locales de zonas europeas con mayor presencia de la industria automotriz han solicitado a las instituciones europeas y gobiernos nacionales medidas para facilitar la transición ecológica del sector. Este requerimiento ha tenido lugar durante el último encuentro de la Comisión de Política de Cohesión Territorial y el Presupuesto de la Unión Europea (COTER), del Comité Europeo de las Regiones, celebrado el pasado mes de diciembre.

Una de sus principales preocupaciones radica en la capacidad de las zonas afectadas para adaptar su cadena de valor a un modelo de movilidad sostenible sin poner en peligro la viabilidad y continuidad de su actividad económica.

Con todo esto, tanto los fabricantes de coches como toda la industria de proveedores de componentes van a tener que hacer frente a cambios sustanciales en sus procesos de producción.

Por ese motivo, se ha solicitado crear un mecanismo europeo de apoyo, así como un marco de trabajo con el que:

  • Establecer políticas de apoyo, intercambio y planificación del transporte terrestre con cero emisiones.
  • Adecuar los recursos disponibles a las políticas de transición ecológica.
  • Adoptar soluciones técnicas con las que lograr la neutralidad tecnológica.

Desarrollo de infraestructuras para la movilidad sostenible

Por último, la transición de la industria del automóvil también debe ser secundada por una infraestructura que posibilite una movilidad sostenible.

En primer lugar, existe un importante debate entre quienes abogan por la electrificación de la movilidad y quienes se decantan por el uso de los ecocombustibles. La primera opción implica el despliegue de una infraestructura de abastecimiento y la renovación del parque de vehículos. Por otro lado, la segunda aún no goza de suficiente popularidad entre los consumidores finales. Además requiere el desarrollo de nuevas generaciones de combustibles que permitan obtener un mayor rendimiento de los residuos biológicos.

En ambos casos, se van a requerir grandes inversiones para:

  • Incentivar la concienciación social e incrementar la demanda de las nuevas soluciones de movilidad.
  • Crear una infraestructura que permita desarrollar, producir y distribuir la electricidad o los combustibles alternativos.

Las zonas rurales y remotas son las más vulnerables frente a este cambio. Sin embargo, toda la red de transporte tendrá que asumir grandes cambios.

Actualidad Solunion