El próximo 2023 se perfila como un año de gran incertidumbre en el plano económico nacional. Hace apenas doce meses, la OCDE auguraba un excelente ritmo de crecimiento económico para España.
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Sin embargo, los acontecimientos posteriores han menoscabado el proceso de recuperación y crecimiento.
Principales desafíos para el crecimiento
El encarecimiento de la energía puso en jaque a numerosos sectores. No obstante, el alza de precios se extendió rápidamente en todos los estratos económicos, dando lugar a unos niveles de inflación que no se veían en más de una década.
Además, según el informe “Frying pan to fire: Will inflation spark a wage-price spiral in 2022?” publicado por Euler Hermes, las decisiones en política-laborales tomadas en respuesta a esta coyuntura económica podrían igualmente lastrar el proceso de recuperación.
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La inflación también ha contado con otros aliados, como la fuerte sequía. La combinación de ambos factores ha afectado gravemente al sector agrícola, que augura importantes pérdidas durante la presente cosecha.
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Por su parte, la guerra en Ucrania no solo genera inestabilidad en los mercados. También dificulta la elaboración de un pronóstico a corto o medio plazo, debido a que no hay visos de una pronta resolución del conflicto.
A pesar de estos importantes desafíos, es posible identificar factores que invitan al optimismo y que podrían favorecer a determinados sectores económicos. De hecho, el nivel de confianza empresarial ha mejorado durante la primera mitad del año.
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Digitalización de la economía y sectores tecnológicos
Los fondos Next Generation EU, y el consiguiente Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (RRF) aprobado por los líderes europeos tienen un claro enfoque en la transformación digital de la economía.
En ese sentido, España ha protagonizado un gran paso adelante. Durante la pandemia, señalamos que la digitalización podía contribuir a la supervivencia de numerosos sectores.
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Por aquel entonces, el Índice de la Economía y la Sociedad Digitales (DESI) situaba a España en el undécimo puesto dentro de la Unión Europea. Actualmente, este indicador publicado por la Comisión Europea coloca a España en la séptima posición, por delante de Alemania, Francia, Austria, Italia y Portugal.
Se trata de un gran paso adelante, que pone de manifiesto la voluntad por parte del tejido empresarial y emprendedor. De hecho, España ya ocupa el cuarto puesto dentro de la Unión Europea en captación de inversión en startups.
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Apuesta por las energías renovables, en crecimiento
La Unión Europea ha comprometido numerosos recursos destinados a la descarbonización de la economía. Además, ha aprobado nuevas normativas más restrictivas con la emisión de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, como ya hemos señalado al comienzo, el sector energético se encuentra sumergido en un clima de incertidumbre que podría prolongarse durante todo 2023. La escalada del precio del gas durante los primeros nueve meses del año ha sido tan solo el preludio de una tormenta económica que podría alcanzar su apogeo durante el invierno.
Recientemente, la OPEP+ ha anunciado una reducción de la producción, cuyas consecuencias sobre el precio del petróleo aún son inciertas.
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En este contexto, no es de extrañar que algunos países estén sopesando dar un paso atrás para evitar el estrangulamiento de su economía. Aun así, España cuenta con una posición privilegiada en la carrera por las energías limpias, gracias a sus recursos y tecnología en el campo eólico, solar y de biomasa. En 2021, el sector alcanzó el récord histórico de producción de energía renovable con un 48,4% del mix, por encima de la media europea, situada en el 38,6%.
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Recuperación y crecimiento del turismo
Por último, el fin de las limitaciones a la movilidad y el control del coronavirus han dado paso a la reactivación de la actividad turística.
De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), España está logrando acercarse a los niveles de 2019 previos a la pandemia. Sirva de ejemplo que, durante el mes de agosto, se superaron los 46 millones de pernoctaciones en hoteles, lo cual supone el 98% del nivel alcanzado en el mismo mes de 2019.
Aún más significativo es el hecho de que el turista nacional haya gastado, en la primera mitad de 2022, más de en todo 2019.
Asimismo, durante los primeros seis meses del año, España recibió un total de 39,3 millones de turistas extranjeros, lo que representa el 81% de los 48,1 millones que visitaron nuestro país en 2019.
En conclusión, a pesar de los importantes escollos presentados por el panorama económico global, la economía española está logrando generar tracción y podría evitar la temida recesión.