Recientemente, Greenpeace Alemania ha publicado el informe “Regalos Envenenados”, en el cual se ha mostrado crítica con los países del hemisferio norte y las empresas vinculadas al sector textil.
Este informe coincide en su objetivo con las recientes propuestas de la Comisión Europea: combatir el impacto medioambiental de los desechos textiles e incentivar la economía circular.
Desechos textiles y reciclaje en cifras
De acuerdo con el citado informe, y a modo de ejemplo, España genera alrededor de 990.000 toneladas de desechos textiles, gran parte de los cuales termina en vertederos. En el caso de Alemania, la cifra supera el millón de toneladas.
Por el contrario, los niveles de reciclaje textil rondan en torno al 10-12%, el cual es recogido tras su consumo, para su posterior reutilización. Además, el reciclado cerrado de residuos textiles, es decir, aquel que se destina al mismo uso o uno similar, no alcanza el 1% del total.
A estas cifras, hay que sumar la superproducción de prendas que no logran venderse en las tiendas y que también son objeto de desecho.
Aumento insuficiente de la recogida y reventa local de ropa
A lo largo de los últimos 30 años, el volumen de ropa recogida ha aumentado en un 20% anual. Sin embargo, la producción de la denominada como “fast fashion” (venta acelerada y masiva de productos novedosos y de bajo costo y calidad) también ha aumentado a este ritmo.
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Por otro lado, la reventa de esta ropa de segunda mano se sitúa en niveles relativamente bajos. En Reino Unido, esta reventa ronda entre el 10 y el 30%. Mientras, en países como Estados Unidos y Canadá cae hasta el 8%.
La combinación de estos factores dificulta la instauración de una economía circular capaz de absorber los residuos textiles.
La consecuencia directa es que la mayoría de la ropa reutilizada termina en terceros países.
Deficiencias en la exportación a terceros países
El resultado de las limitaciones en el reciclado de ropa es la exportación masiva de residuos textiles a países de Europa del Este y África Oriental, cuyas normativas medioambientales presentan una mayor laxitud.
Sin embargo, buena parte de estos productos textiles carecen de valor de mercado. Acumulan defectos, deterioro, suciedad o, sencillamente, no son adecuados para la climatología local.
En consecuencia, entre el 30 y el 40% de estos productos no son aptos para la venta o el uso, motivo por el cual se procede a su incineración o depósito incontrolado en vertederos.
Conviene recordar que, a menudo, la fabricación de la ropa implica la utilización de compuestos peligrosos y contaminantes. Esto supone un grave impacto medioambiental de los ríos, la capa freática e incluso el aire.
Solicitud de un nuevo modelo de negocio y normativa internacional de control de contaminación de los desechos textiles
Una de las principales demandas de las organizaciones ecologistas como Greenpeace es la adopción de un acuerdo internacional que prohíba la exportación de desechos textiles y establezca una nueva normativa reguladora de los diseños.
El objetivo es fomentar la fabricación de prendas realmente reciclables y facilitar así una economía circular que neutralice la contaminación del medioambiente.
Iniciativas europeas contra la contaminación de los desechos textiles
En este sentido, vale la pena señalar que el pasado 9 de noviembre, la Comisión Europea propuso prohibir la exportación de residuos cuando:
- Ponga en peligro el medio ambiente o la salud pública.
- El país importador no demuestre su capacidad de reciclado.
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La Unión Europea exportó 33 millones de toneladas de residuos, parte de los cuales constituyen desecho textil. Más recientemente, el pasado mes de abril, la Comisión Europea también presentó la nueva “Estrategia de la UE sobre los Productos Textiles Sostenibles y Circulares”.
Esta iniciativa prevé:
- Nuevos requisitos de diseño para la ropa que permitan una mayor durabilidad, así como la facilidad de reparación y reciclado.
- La inclusión de mínimos obligatorios de fibras recicladas en las nuevas prendas.
- La prohibición de la destrucción de productos no vendidos o devueltos.
- La prohibición de exportar residuos textiles en las condiciones señaladas anteriormente.
Este último aspecto es especialmente relevante. A menudo, los residuos son etiquetados como productos de segunda mano para proceder a su exportación fuera de la Unión Europea. La propuesta normativa de la Comisión Europea pretende impedir este tipo de prácticas y luchar contra la contaminación de los residuos textiles.