El desarrollo de los nanosatélites ha supuesto la transformación del ecosistema orbital. Tradicionalmente, la comercialización del espacio había sido terreno exclusivo de las grandes potencias mundiales con programas espaciales, y una pequeña selección de grandes corporaciones privadas.
Sin embargo, la evolución de la tecnología aeroespacial ha abierto la puerta a nuevas regiones y pequeñas empresas u organizaciones de múltiples sectores.
¿Qué es un nanosatélite y para qué sirve?
Un nanosatélite es un pequeño dispositivo espacial diseñado para orbitar a alturas reducidas, de entre 400 y 1000 km de altitud.
Está diseñado con funciones muy específicas, ya se trate de observación de la Tierra, telecomunicaciones o examen meteorológico, entre otras posibilidades.
Habitualmente, tiene una masa de entre 1 y 10 kg. Su reducido tamaño es fruto de una filosofía de diseño completamente diferente a la de los satélites convencionales.
Se opta por la miniaturización de los componentes electrónicos, y la utilización de tecnologías ya existentes, con el fin de reducir los costes y plazos de desarrollo.
Este concepto de satélite no es nuevo. De hecho, los orígenes de la carrera espacial se caracterizaron por este tipo de dispositivos. Sin embargo, y hasta los años 80, los satélites fueron adquiriendo mayor tamaño y complejidad.
Durante las últimas décadas, la experiencia acumulada y el avance en otras tecnologías, como los cohetes y las plataformas de lanzamiento han creado un entorno más accesible a todo tipo de empresas e instituciones. Estas han encontrado en los nanosatélites la solución perfecta a sus necesidades.
Ventajas de los nanosatélites
Como ya hemos adelantado, la filosofía de desarrollo de los nanosatélites ofrece múltiples ventajas, tanto en términos de ahorro económico, como de plazos de ejecución.
Reducción de costes
La primera gran ventaja de los nanosatélites es un reducido coste de producción, al menos, en comparación con los satélites convencionales. Estos últimos podían implicar facturas millonarias y, por ende, un elevado riesgo para el proyecto.
Por el contrario, el precio de fabricar y poner un nanosatélite en órbita oscila en torno al medio millón de euros.
Además, la fabricación de las sucesivas réplicas contribuye a abaratar los costes progresivamente.
Reducción en plazos de desarrollo
La primera gran ventaja de los nanosatélites es un reducido coste de producción, al menos, en comparación con los satélites convencionales. Estos últimos podían implicar facturas millonarias y, por ende, un elevado riesgo para el proyecto.
Por el contrario, el precio de fabricar y poner un nanosatélite en órbita oscila en torno al medio millón de euros.
Además, la fabricación de las sucesivas réplicas contribuye a abaratar los costes progresivamente.
Reducción en plazos de desarrollo
El modelo tradicional de producción de satélites implicaba un desarrollo desde cero que, habitualmente, suponía mega proyectos de entre 5 y 15 años de investigación, diseño, desarrollo y fabricación.
Ahora bien, la tecnología del sector aeroespacial avanza con gran rapidez. Semejantes plazos de ejecución generaban situaciones como el hecho de que se pusieran en órbita satélites con tecnología que ya había quedado obsoleta, para cuando estos estaban preparados. El desarrollo de los nanosatélites, sin embargo, logra reducir los plazos por debajo del año.
Uno de los avances que han permitido esta reducción de plazos es la estandarización de los modelos. Actualmente, los más utilizados son los conocidos como CubeStats, que surgieron a finales de los noventa, y cuyo nombre se refiere a una unidad mecánica externa (1U, un cubo de 10 cm de lado y menos de 1.33 kg).
Mayor capacidad de renovación
La vida útil de los nanosatélites oscila entre los 2 y 4 años. Sin embargo, el reducido coste de los mismos, permite su rápida sustitución.
La obsolescencia tecnológica es un problema tradicional que no solo se da en el tiempo transcurrido desde el diseño, hasta el lanzamiento. También tiene lugar durante la estancia del satélite en el espacio.
La estandarización de los modelos y la fácil sustitución de los dispositivos posibilita contar siempre con una constelación en órbita, dotada con la última tecnología.
Aplicaciones de los nanosatélites
Los casos de uso de estos dispositivos son muy variados. Por norma general, son desarrollados para el desempeño de una sola función, aunque es posible ampliar el espectro de funcionalidades, en función de los requerimientos del cliente.
Algunas de las aplicaciones más extendidas son las siguientes:
- La ampliación de la conectividad, que es un aspecto clave para el desarrollo industrial propio de la red 5G.
- La observación del planeta, la cual puede llevarse a cabo mediante el uso de una gran variedad de sensores, ya sea el tradicional sensor óptico, el infrarrojo, el hiperespectral, el multiespectral, etc.
- Por otro lado, también ofrecen importantes prestaciones para la creación de sistemas de navegación, como es el caso de Galileo, GPS o GLONASS