Las nuevas previsiones respecto a la recuperación de la crisis mundial de microchips apuntan a 2023 y, en el mejor de los casos, finales del presente ejercicio.
De acuerdo con la consultora Bain & Company, la escasez en el suministro internacional de microchips comenzará a remitir a finales de este año. Sin embargo, todo apunta a que el restablecimiento de la actividad normal no tendrá lugar hasta el año que viene.
Ambas previsiones están en línea con lo declarado por el Banco Central Europeo (BCE) en enero de este año. Estel recalcó la necesidad de inversión como aspecto clave y principal escollo para acortar los plazos de recuperación.
Sea como fuere, este proceso no será homogéneo en todos los sectores.
Perspectivas para la automoción en esta crisis mundial de microchips
Los fabricantes de automóviles han sido los más afectados desde el inicio de la crisis. No en vano, los semiconductores son un elemento clave en los circuitos electrónicos de los vehículos, los dispositivos de energía y los controladores LCD, entre otros.
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Más recientemente, el sector se ha visto golpeado por una nueva caída de producción del 11,1% como consecuencia del conflicto bélico en Ucrania. Conviene recordar que la guerra ha agravado el encarecimiento de los precios de la energía, la cual tiene una importante incidencia en los costes de producción del sector.
Afortunadamente, y según las previsiones, la automoción podría ser el sector que logre recuperarse antes.
Recuperación de los productores de electrónica
Por otra parte, el sector de los productos electrónicos también presenta buenas perspectivas de recuperación. La utilización de otros semiconductores cuya disponibilidad no se ha visto tan condicionada podría favorecer la vuelta a la normalidad.
El sector de los videojuegos, con un largo camino por delante
En el extremo opuesto, se sitúan el sector de los videojuegos y el sector informático. Las dificultades para conseguir financiación con la que construir nuevas fábricas de microchips podrían alargar el proceso de recuperación.
Estrategias para solventar la escasez de suministro durante la crisis mundial de microchips
La superación de esta crisis no está tan relacionada con la recuperación de la producción de microchips como con el conjunto de medidas adoptadas por los sectores afectados.
Después de todo, la escasez aún podría prolongarse varios años. Incluso podría verse agravada por la guerra en Ucrania y la aparición de nuevas olas de coronavirus.
En este contexto, las empresas que necesitan de microchips están adoptando las siguientes estrategias:
- Por un lado, se está aplicando un enfoque de “inversión a ciegas” o inversión orientada al mercado. De este modo, se centran en aquellas oportunidades que presentan mejores perspectivas de producción y venta inmediata.
- Además, hay muchos fabricantes que han retirado del mercado aquellos productos que dependían de componentes escasos.
- Se ha redirigido la demanda de semiconductores hacia la oferta existente. Incluso, en algunos casos, se ha reactivado la producción de anteriores modelos, cuyos conductores sí están disponibles.
- Por otra parte, hay empresas que están subvencionando la producción para garantizar que los proveedores entreguen el volumen pactado.
- Finalmente, en los casos más extremos, se ha asumido el diseño y producción interna de semiconductores para reducir la dependencia externa.
Falta de mano de obra y situación de la pandemia
Uno de los factores que está afectando indirectamente a la crisis mundial de microchips y al suministro es el transporte, tanto el referente al flete internacional como a la red de transporte rodado.
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Según el BCE, la falta de mano de obra seguirá condicionando los costes del transporte y, tanto el apoyo público como el control de la pandemia, podrían jugar un papel fundamental.
La aparición de nuevos brotes podría provocar nuevos cierres localizados en puertos y fábricas, agravando los cuellos de botella en la cadena de suministro.
Incremento insuficiente de la producción en Asia
Por último, según IDC, Corea del Sur y China van a llevar a cabo una considerable inversión en desarrollo de microchips hasta el año 2025. Sin embargo, este aumento de la producción no será suficiente para satisfacer la demanda actual.
Este es uno de los principales motivos por los que la recuperación del suministro podría demorarse hasta 2023.