El sector del agua en España se halla en un punto de inflexión, impulsado por normativas nacionales y europeas que exigen innovaciones en el tratamiento y control de calidad del agua potable y residual.
El Real Decreto 3/2023 y el Reglamento Europeo de Reutilización 2020/741, junto con la revisión de la Directiva de Aguas Residuales Urbanas (DARU) y medidas contra la sequía del Real Decreto-ley 4/2023, señalan cambios profundos en la potabilización, análisis de aguas regeneradas y en la infraestructura para el tratamiento de aguas residuales.
Estos cambios buscan cumplir con las directrices de la Unión Europea para la eliminación de nutrientes y contaminantes emergentes. A pesar de que el coste del agua en España es considerablemente más bajo que la media europea, surge la pregunta de si el sector podrá afrontar estos retos sin incrementar los precios, en línea con las políticas de recuperación de costes de la Unión Europea, y cómo se abordará el déficit estructural.
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Una nueva normativa para una gestión más exigente y transparente en el sector del agua
El Real Decreto 3/2023 ha inaugurado una nueva era en la regulación del agua potable en España, imponiendo estándares más rigurosos y controles más meticulosos. Ahora se requiere la detección de contaminantes adicionales y la implementación de controles en tiempo real, una práctica previamente no contemplada.
Este cambio normativo también establece la obligatoriedad de que los laboratorios obtengan acreditaciones conforme a las normas UNE-EN ISO 17025 e ISO 17020, aunque con plazos variables según la actividad específica.
La transparencia se ha convertido en un pilar fundamental
Así lo refleja la nueva exigencia de comunicar los resultados analíticos y realizar controles periódicos de manera casi instantánea.
Además, se garantiza el acceso universal al agua, modificando los sistemas y procesos de tratamiento para cumplir con los estándares de calidad establecidos.
Normativa más estricta en el sector del agua
Por su parte, el Reglamento Europeo de Reutilización 2020/741, que entró en vigor recientemente, plantea requisitos aún más estrictos para el agua regenerada, incrementando los costes para los operadores.
A esto se suma el Real Decreto-ley 4/2023 sobre la sequía, que complica aún más la gestión documental al ampliar la necesidad de concesiones de aguas regeneradas para una gama más amplia de usos, incluyendo aquellos internos en las propias estaciones de depuración de aguas residuales (EDAR).
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El precio del agua en Europa
Según el informe de la federación europea de servicios nacionales de agua (EurEau) de 2021, el análisis del precio del agua en Europa revela una compleja estructura tarifaria influenciada por factores locales. Algunos ejemplos son la fuente de agua, los sistemas de tratamiento y la infraestructura de distribución.
Dinamarca y Noruega encabezan la lista con los precios más altos, mientras que Grecia y Bulgaria tienen los más bajos. España se sitúa entre los precios más económicos con un coste medio de 1,88 €/m3, un 39% más barato que el promedio europeo de aproximadamente 3,1 €/m3.
El precio del agua en Europa se distribuye principalmente entre la potabilización y distribución (agua blanca), y el saneamiento y depuración (agua residual), con un promedio del 90% del coste total. En este sentido, Chipre es el país que más grava la potabilización y distribución.
¿El agua en España es cara o barata?
El informe de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS), publicado en 2022, y basado en datos de 2020, indica que el precio medio del agua en España es de 1,99 €/m3. Este precio se desglosa en un 59% para el suministro de agua potable (agua blanca) y un 41% para saneamiento y depuración.
Tomando un valor medio de 1,9 €/m3, se plantea la cuestión de si el agua en España es cara o barata. A pesar de que el precio se ha mantenido constante en muchos suministros, especialmente en el sector público, es importante considerar el servicio integral que se ofrece al ciudadano.
Eficiencia del sector del agua en España
A modo de ejemplo de la eficiencia del servicio, cabe mencionar la rápida respuesta a las quejas por la calidad del agua, junto a la pronta comunicación y resolución de cortes en el suministro. Los tiempos de respuesta son comparativamente más rápidos que los de otros servicios esenciales como la telefonía o la energía eléctrica.
Bajo esfuerzo relativo para los hogares
Para evaluar el esfuerzo económico que representa el pago del agua, se puede correlacionar su precio con el salario medio en España y otros países europeos. Los datos muestran que, aunque España tiene el cuarto salario medio más alto entre los países analizados, ocupa el duodécimo lugar en cuanto al precio del agua.
Necesidad de concienciación de los consumidores españoles
Como hemos señalado previamente, España disfruta de un precio un 39% inferior al promedio europeo. Al comparar el salario medio mensual con el precio del agua en 14 países europeos, se revela el esfuerzo relativo que representa para los ciudadanos el pago del servicio integral del agua.
En conclusión, dada la rigurosa demanda de cumplimiento de estándares técnicos y ambientales que se espera de los operadores españoles en los próximos años, especialmente con la implementación del RD 3/2023 sobre aguas de consumo humano, es necesario sensibilizar a la sociedad sobre la necesidad de un ajuste al alza en las tarifas del agua.
Este ajuste es crucial para evitar un colapso técnico y financiero del sector, además de eludir posibles sanciones económicas significativas por parte de la Comisión Europea.