El transporte marítimo representa más del 80% del volumen del comercio global, lo que lo convierte en la columna vertebral de las cadenas de suministro internacionales. Sin embargo, en los últimos años, el sector ha afrontado importantes desafíos en los ámbitos geopolítico, económico y ambiental.
El panorama actual se caracteriza por la fluctuación de los precios de los contenedores, las tensiones en las rutas clave y la necesidad de modernizar las flotas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
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Principales navieras, zonas clave y tipos de buques
Las principales navieras que dominan el sector del transporte marítimo son MSC, Grupo A.P. Møller-Mærsk, Cosco Group y CMA-CGM. Estas compañías juegan un papel crucial en la gestión de las rutas y en la economía global.
Las zonas clave que destacan por su importancia estratégica incluyen:
- Canal de Suez, para el comercio entre Asia y Europa.
- Canal de Panamá, destinado al comercio entre el Atlántico y el Pacífico.
- Estrecho de Ormuz, para el transporte de petróleo desde el Golfo Pérsico.
- Estrecho de Malaca, un paso crucial entre el Océano Índico y el Pacífico.
En lo que concierne a la tipología de transporte, existe una gran variedad de buques, cada uno especializado en diferentes tipos de carga. Esto permite la eficiente movilización de mercancías a nivel global:
- Buques de carga: transportan una amplia gama de productos y materiales.
- Portacontenedores: esenciales para el comercio de bienes manufacturados.
- Buques de granel: utilizados para transportar productos a granel como minerales y granos.
- Petroleros: transportan petróleo crudo y productos derivados.
- Buques frigoríficos: especializados en el transporte de productos perecederos.
- Gaseros: transportan gas natural licuado y otros gases.
Desafíos geopolíticos del transporte marítimo y cambio en la cadena de suministro
Desde finales de 2023, el estrecho de Bab-el-Mandeb ha sido un punto conflictivo debido a los ataques de los insurgentes hutíes de Yemen. Esto ha generado interrupciones temporales en los tránsitos por el Canal de Suez y ha obligado a los operadores a buscar alternativas más largas y costosas.
Este contexto ha provocado un aumento del precio del transporte marítimo en la región, con un incremento del 195% desde finales de octubre de 2023 hasta enero de 2024.
Por otro lado, la invasión rusa de Ucrania ha generado inestabilidad en las rutas marítimas europeas. Afectando el tráfico de mercancías en los puertos españoles. En 2023 experimentaron un descenso del 3,3% en comparación con el año anterior, según el Ministerio de Transportes de España.
Fluctuación de los precios de los contenedores
La evolución de los precios de los contenedores ha sido un factor crítico en el comercio internacional. Tras la pandemia, los precios experimentaron un incremento exponencial hasta alcanzar su pico en septiembre de 2021 con 10.377 €/contenedor.
Aunque en 2023 los precios comenzaron a estabilizarse, con una caída del 74% en comparación con 2022, el impacto de las tensiones geopolíticas sigue generando incertidumbre en los costes del transporte marítimo.
Sobreoferta y estrategias del transporte marítimo para manejarla
A medida que la capacidad de las flotas supera la demanda, las navieras han adoptado diversas estrategias para equilibrar el mercado y mantener la rentabilidad.
- Reorganización de rutas, para optimizar la eficiencia y reducir costos.
- Supresión de salidas, para evitar un exceso de oferta.
- Reducción de la velocidad, para ahorrar combustible y ajustar la oferta a la demanda.
- Inmovilización de naves menos eficientes.
Estas estrategias han sido esenciales para manejar la sobrecapacidad y estabilizar el mercado. No obstante, las proyecciones de crecimiento siguen siendo moderadas, con una estimación de aumento del 2,7% en 2024.
El reto de la descarbonización
Según un informe de Naciones Unidas de 2023, el transporte marítimo es responsable del 3% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, lo que contribuye significativamente al cambio climático.
La reducción de estas emisiones es esencial para cumplir con los objetivos climáticos internacionales y proteger el medio ambiente. Ahora bien, el reto principal es descarbonizar el sector sin comprometer su vital contribución al comercio mundial.
Modernización de flotas y adopción de combustibles sostenibles
Para alcanzar la descarbonización, es imprescindible modernizar las flotas actuales y adoptar combustibles sostenibles. Los buques tienen una vida útil media de 25 años, lo que plantea el desafío de modernizar una flota donde muchos barcos son demasiado viejos para ser reformados pero demasiado nuevos para ser retirados.
Las soluciones más viables hasta ahora incluyen la adopción de combustibles sostenibles como el metanol y el amoniaco, así como la exploración de los corredores marítimos de hidrógeno verde.
La Declaración de Clydebank, presentada en la COP26, es un ejemplo de compromiso internacional para establecer corredores marítimos verdes sin emisiones entre puertos clave. Según la consultora DNV, a febrero de 2024, existen 57 iniciativas para desarrollar estos corredores, con la meta de tener al menos seis operativos para 2050.
Costes y financiación de la transición hacia la descarbonización
Por último, no hay que pasar por alto que la modernización de la flota y la adopción de nuevas tecnologías podrían costar entre 8.000 y 28.000 millones de dólares al año hasta 2050. Además, el desarrollo de la infraestructura necesaria podría requerir inversiones de hasta 90.000 millones de dólares anuales.
Para superar estos desafíos financieros, es crucial la cooperación entre todos los actores de la industria, desde las navieras hasta los puertos y los gobiernos.
En este sentido, iniciativas como el fondo de Investigación y Desarrollo, propuesto por la Cámara Naviera Internacional (ICS), que representa al 80% de la flota mercante mundial, son esenciales para financiar y acelerar la transición hacia un transporte marítimo más sostenible.