La crisis global provocada por la COVID-19 ha afectado especialmente al sector del petróleo.
La caída de la demanda y la consiguiente guerra de precios han obligado a la industria a reducir la producción. Sin embargo, las perspectivas acerca de la evolución de la pandemia y la recuperación económica son de un escenario incierto para el sector.
Paralización de sectores estratégicos y caída de la demanda
La propagación de la COVID-19 desde comienzos de 2020 dio lugar a que la mayor parte de gobiernos del mundo dictasen medidas de confinamiento de la población, así como restricciones en el tráfico internacional de mercancías.
Los sectores del transporte aéreo y terrestre, que representan el 60% del consumo mundial de petróleo, se vieron paralizados, tras el confinamiento de más de 3.000 millones de personas.
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De acuerdo con cifras de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), tan sólo en el mes de abril, el número de vuelos en todo el mundo se vio reducido en un 80%.
En consecuencia, la demanda del sector del petróleo experimentó una reducción histórica.
A mediados de año, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) vaticinó que 2020 sería el peor año en la historia de la industria petrolera.
Según sus cálculos, la demanda de petróleo durante el primer semestre se redujo en 9,3 millones de barriles diarios. Durante el segundo semestre, el descenso estimado fue de 23,1 millones de barriles diarios.
La propia AIE estima que el equilibrio entre la oferta y la demanda no volverá a restaurarse hasta el segundo trimestre de 2021.
Guerra de producción y caída de precios del petróleo
El enfrentamiento que Rusia y Arabia Saudí mantuvieron durante los primeros meses de la pandemia fue un importante catalizador de la caída de precios.
Ninguno de estos productores de crudo logró ponerse de acuerdo acerca de la reducción de la producción hasta mediados de abril.
En consecuencia, el exceso de oferta combinado con una abrupta reducción de la demanda dio lugar a una caída de la cotización del barril de Brent, desde los 70 dólares de enero, hasta los 20 dólares.
Finalmente, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus socios fuera del cártel (Rusia y México), también conocidos como OPEP+, acordaron rebajar la producción diaria del petróleo hasta el 30 de junio.
No obstante, la demanda estimada por la AIE auguraba que la sobreproducción continuaría afectando a los mercados durante varios meses, y supondría un desafío para la capacidad de almacenamiento de la industria.