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Tras recuperarse un 7%, la producción industrial está amenazada en 2022

Producción industrial

De acuerdo con las cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la producción industrial española logró recuperar su Índice de Producción Industrial (IPI) en un 7% durante el año 2021. No obstante, tras la corrección de los efectos estacionales, el aumento del IPI se cerró en 2021 con un 7,2%, frente a una caída del 9,4% en 2020.

Se trata del mayor aumento anual de los últimos 25 años. Sin embargo, aún no es suficiente para compensar la caída del 9,1% experimentada en 2020, como consecuencia de la pandemia del coronavirus.

Recuperación de la producción industrial por sectores

El aumento de la producción industrial tuvo como principal impulsor a los bienes de consumo duradero, que protagonizaron un aumento del 18%. No obstante, otros sectores económicos también experimentaron una notable recuperación:

  • Producción de bienes intermedios creció un 9,9%.
  • La de bienes de consumo aumentó un 6,8%.
  • La de equipo se elevó un 6,4%.
  • El sector de la energía incrementó su producción al 2,7%.

En concreto, las actividades industriales con mejores registros fueron el sector textil -con un 27% de recuperación-, el sector maderero y del corcho -con un 22%-, la fabricación de muebles -con un 21,9%- y demás industrias de manufacturación -con un 20,9%-.

Sectores ajenos a la recuperación de la producción

A pesar de las excelentes cifras de la industria, hubo algunos sectores que continuaron perdiendo fuelle durante el pasado ejercicio. Tal es el caso de la fabricación de vehículos de motor, remolques y semirremolques, que cayó un 1,9%. Asimismo, el sector del suministro de agua, saneamiento y gestión de residuos también tuvo que hacer frente a una caída del 0,4%.

Cabe señalar que el sector automovilístico ha sido uno de los más castigados por la COVID-19. La rotura de la cadena de suministro internacional y la paralización económica generaron pérdidas estimadas por valor de 2.500 millones, de acuerdo con la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto).

Sin embargo, este sector ya se encontraba inmerso en un proceso de contracción previo. No en vano, sus ventas cayeron un 3,9% en 2019. Ya en 2021, la producción se ha visto constantemente interrumpida por problemas de suministro, entre los que destacan los componentes electrónicos provenientes de China.

Amenazas para la recuperación de la producción industrial

A finales de 2021, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) auguraba que el PIB español crecería a un ritmo del 6,6% en 2022. Por su parte, la Comisión Europea estimó que dicha recuperación progresaría hasta el 6,3%.

Sin embargo, los acontecimientos de los últimos meses han incrementado el nivel de incertidumbre, con amenazas que afectan directamente a la industria.

Nuevas oleadas de coronavirus

Las nuevas cepas de la COVID-19 han provocado la reactivación de medidas restrictivas que afectan a la actividad económica y al consumo.

Tras un invierno algo convulso, los países de la Unión Europea han comenzado a recuperar la normalidad. Sin embargo, el riesgo permanece latente. La irrupción de Ómicron no solo podría suponer el aumento de la incidencia acumulada y el regreso a escenarios restrictivos. También podría provocar problemas en el comercio internacional y la cadena de suministro.

A mediados de febrero, China ha cerrado por completo una de sus provincias, tras el aumento descontrolado de los contagios en la ciudad de Changchun. Incluso más preocupante resulta el nuevo cierre de la ciudad de Shenzhen, principal motor tecnológico del país.

Cuellos de botella en la cadena de suministro internacional

Las deficiencias que la cadena de suministro internacional mostró en 2021 están todavía lejos de resolverse. De hecho, los Estados Unidos han aprobado un ambicioso plan de inversión para recuperar parte de la producción industrial de microchips y reducir así su dependencia del mercado asiático.

Además, todavía queda pendiente conocer la evolución de la flota internacional. La reducción de buques de transporte por parte de las principales navieras, unida al acaparamiento por parte de los exportadores chinos, ha supuesto un incremento notable de los costes de transporte y los plazos de entrega.

Récord de precio de la energía tras la guerra en Ucrania

El reciente conflicto entre Rusia y Ucrania presenta numerosas ramificaciones en la economía internacional. Una de las más relevantes es el aumento del precio de los combustibles.

Conviene recordar que Rusia es el principal suministrador de petróleo y gas de Europa. Con los precios batiendo récords, el sector industrial ve amenazada su viabilidad, debido al incremento de sus costes de producción y la caída de sus márgenes de beneficio.

Presiones inflacionistas

Por último, los combustibles fósiles no son el único bien que ha visto incrementado sus precios. Desde finales de 2021, la economía se ha instalado en un escenario de aumento de precios que, en el actual contexto bélico, podría devenir en hiperinflación.

Con independencia del resultado de la guerra en Ucrania, es factible considerar que la inflación pueda jugar un papel catalizador en una espiral de precios-salarios. Así lo estimó el reciente informe “Frying pan to fire: Will inflation spark a wage-price spiral in 2022?”, publicado por Euler Hermes.

En conclusión, la recuperación de la producción industrial es una gran noticia, cuya continuidad se ve amenazada en 2022.

Actualidad Solunion

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