Alemania

Tras cuatro años consecutivos de fuerte crecimiento económico por encima de la tasa potencial, la economía alemana de alto nivel experimentó una fuerte desaceleración en 2018. La combinación de ciertas características clave de la mayor economía de Europa, incluida su dependencia de las exportaciones, el alto grado de apertura, la gran proporción de la industria, el dominio del sector automovilístico y la concentración geográfica de las exportaciones (China y Reino Unido representan casi el 15% de las exportaciones) demostró ser sumamente desfavorable en el entorno mundial y presenció cómo Alemania se sumía en una recesión industrial en el segundo semestre del año pasado.

Si bien a principios de 2019 los datos de alta frecuencia siguen siendo dispares, creemos que lo peor está por llegar y que la economía alemana se sitúa próxima a un punto de inflexión

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