Bolivia

La caída global de los precios del gas y el petróleo desde finales de 2014 ha reducido el valor de las exportaciones y los ingresos públicos, provocando un deterioro de la balanza de pagos del +1,4% en 2014 al -3,9% del PIB en 2017. La balanza fiscal se deterioró del -3,4% en 2014 al -6,2% del PIB en 2017. Los bajos precios persistentes de los productos básicos, así como la desaceleración del rendimiento económico de los principales socios comerciales del país (China, Brasil y Argentina) han complicado aún más las cosas. Después de crecer un +4,3% en 2016, el ritmo de crecimiento del PIB real se reducirá al +4,0% en 2017 y al +3,7% en 2018, ya que una política fiscal más restrictiva afecta a la demanda interna.

El crecimiento impulsado por los productos básicos ha dotado al gobierno boliviano de considerables amortiguadores políticos, que se han destinado a programas de reducción de la pobreza. En este contexto, la política fiscal seguirá siendo próspera y la deuda pública y externa crecerá a un ritmo constante, aunque a niveles manejables. La política monetaria ha sido acomodaticia para apoyar la actividad económica. Sin embargo, un crecimiento crediticio excesivo (+22,4% de media en los últimos 12 meses) podría llevar a la acumulación de riesgo financiero…