Irlanda

La economía irlandesa ha rendido con solidez en los últimos años, creciendo por encima de su potencial. El crecimiento del PIB real aumentó un +8,2% en 2018, después del +7,2% de 2017. El gasto del consumidor se aceleró (+3% interanual) respaldado por el fuerte crecimiento de los salarios, y siguió aumentando en 2019 hasta alcanzar su nivel más alto desde 2007 (8% interanual en el 1S de 2019 frente a una media del 6% en 2018). La tasa de ahorro de las economías domésticas se mantiene elevada, con un 12% de la renta bruta disponible, en comparación con la media histórica del 8,6%. Además, la tasa de desempleo de Irlanda alcanzó el 4,8%, su nivel más bajo desde 2007, dado el dinámico entorno económico imperante. La inversión empresarial también se ha acelerado (+8% interanual) y sigue superando su media a largo plazo, mientras que el rendimiento exterior también ha sido sólido (+4,4 pp de contribución al crecimiento del PIB real en 2018), en particular gracias a los buenos resultados del sector de las TIC. El PIB per cápita de Irlanda se sitúa entre los más altos de las economías avanzadas, gracias a la presencia de empresas multinacionales, que se ha fortalecido en los últimos años debido al Brexit.

En general, esperamos que el PIB crezca un +5% en 2019, antes de ralentizarse al +3,5% en 2020. En caso de que la desaceleración sea mayor, el gobierno tiene la posibilidad de aplicar un estímulo fiscal, gracias al superávit de la balanza fiscal desde 2018. Esto, asociado a los bajísimos tipos de interés y a algunos factores puntuales, ha contribuido a que la deuda pública se reduzca, pasando de superar el 100% del PIB en 2014 a menos de un 60% del PIB en 2019.

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