Kenia
Kenia experimentó dos importantes dificultades en 2018. La escasez de lluvias afectó a la producción agrícola, la principal baza de Kenia, y al sector de exportación. Esto propició cierto descontento en el país justo antes de las elecciones presidenciales. El proceso electoral fue especialmente accidentado, ya que se cancelaron los resultados de los primeros comicios y se convocaron nuevas elecciones. Sin embargo, tras algunas semanas de tensiones, la división se resolvió de manera consensuada.
Con todo, el crecimiento del PIB tan solo se desaceleró marginalmente al +4,9% en 2018 (+5,9% en 2017). Ahora, todos los astros vuelven a estar alineados, el crecimiento del PIB se recuperó al +6,2% en 2018 y debería mantenerse en 2019 (+5,7%). Kenia también se encuentra entre las economías africanas con mayor desarrollo de los pagos móviles, que alcanzó el 8,7% del PIB en 2017 y, en noviembre de 2018, el 60% de la población ya podía pagar a través de sus dispositivos. El mix de políticas se suma a este círculo virtuoso, ya que la inflación disminuyó al +4,5% en 2018, permitiendo la flexibilización de la política monetaria y ayudando al Banco Central a estabilizar el tipo de cambio, sin excesivas dificultades. Además, el gobierno logró reducir el nivel del déficit fiscal al -6,7% del PIB en 2018, esfuerzo que debería continuar en 2020 (se espera un -5,7% del PIB).
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