Luxemburgo
Pese a la desaceleración prevista para los próximos años, la economía luxemburguesa se prevé que supere la media de la Eurozona, gracias a las ganancias del mercado laboral y a una combinación positiva entre la política monetaria y fiscal que respaldarán el consumo privado. El crecimiento del PIB promedió un +3,2% entre 2013 y 17 y la economía creció un +2,6% en 2018. Por lo tanto, según los pronósticos se ralentizará al +2,0% en 2019 (frente al +1,2% de la Eurozona) antes de repuntar al +2,5% en 2020. Es probable que el principal motor del crecimiento siga siendo el consumo privado, que se beneficia del sólido desarrollo del mercado laboral (la tasa de desempleo se encuentra en su nivel más bajo desde 2009), de una política fiscal favorable y de aumentos indexados en los salarios y las pensiones en 2019.
El crecimiento de los salarios fue del 2% anual en abril de 2019, lo que, asociado a una menor inflación (1,7% en 2019 y 1,6% en 2020) debería proporcionar un impulso al poder adquisitivo real de las economías domésticas. Además, el crecimiento del crédito al sector privado se mantiene dinámico (+4,2% interanual en abril de 2019). Por último, aunque la política monetaria debería seguir siendo muy acomodaticia, ya que se espera que el BCE mantenga los tipos de interés estables al menos hasta el 4T de 2021, también existe margen para relajar aún más la política fiscal en caso necesario (superávit fiscal del 2,4% del PIB en 2018).
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